Un cajón de sastre al azar

Un cajón de sastre al azar
Imagen de Anita Smith en Pixabay
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domingo, julio 01, 2012

Capítulo 13: Un segundo para toda una vida.

En el capítulo anterior:


…—Entonces que te asegura que ha sido un rechazo. —Porque él me dijo que ya tenía a alguien a quién amar, y eso es más que suficiente para comprender que Cori ya tiene a alguien por quién luchar y vivir.
Amar a alguien trae beneficios como consecuencias sobre el mundo que te rodea y también implica un “tú” y un “yo” que habitan ese mundo en forma de un “nosotros” que de alguna manera u otra tiene efectos ya sea para bien o para mal sobre las personas a quienes amo. Posiblemente tener el amor de Cori haga sufrir a terceros…y esos terceros también son mi mundo….
Atardecer por siempre
Así que siempre fue Cori. El amor de Khana siempre fue por Cori. Posiblemente si sea una mala persona después de todo. Le he quitado a alguien la oportunidad de ser feliz por tener el amor de Cori que probablemente jamás me tenía que haber correspondido. Seguramente me enamoré de la persona que nunca debí, seguramente hubiese sido mejor jamás haber concluido que me enamoré de la imagen mas perfecta de mi vida…seguramente jamás debí quitarle la felicidad a Khana. ¿Qué debería de hacer ahora? ¿Decirle que la persona a la quien ama Cori soy yo? Ella seguramente me odiará por esto y eso es lo último que quiero que suceda.
—¿Qué debería de hacer, Sasha?—me pregunta Khana tratando de buscar una respuesta a su torbellino de sentimientos.
Soy la persona menos indicada en estos momentos para decirle que hacer o que no. Se ha topado con el causante de su problema. ¿Por qué no lo vi venir? ¿Por qué no pensé en las posibles consecuencias que traería amar a Cori? Pensé en algún punto haber dejado el egoísmo de lado pero veo que la posibilidad de que viva bastante presente en mi es casi perfecta.
—Lo siento Khana…yo…no lo sé.
—Perdóname Sasha, no debería de cargarte ya con mas de mis problemas. Tenías razón, necesitaba sacar esto.
—¿Puedo hacerte una pregunta?—inquiero.
Necesito saberlo. Necesito que Khana me diga exactamente que es lo que piensa al respecto, que es lo que siente por esa persona que le ha quitado el amor de Cori. ¿Odio? ¿Resentimiento? ¿Amargura? Sea lo que sea lo recibiré como me corresponde, me lo merezco.
—Pregunta lo que quieras—masculla secándose las lagrimas—al final de cuentas, serás la única persona que sepa de esto y la única persona que llegue a verme llorar por ello.
—¿Qué piensas de Cori exactamente?
—¿De Cori?—contesta con otra pregunta en tono irónico—¿A caso bromeas? Me he enamorado de la persona perfecta Sasha, hablamos de Cori, y tú lo sabes.
—¿Yo?—inquiero un poco preocupado.
—Si, tú. ¿A caso vas a negarme que Cori no es alguien perfecto a tus ojos? Es tu mejor amigo Sasha, y si es así es porque él tiene algo que los demás no tienen para poder serlo.
—Bueno si, pero Karla también lo es.
—A eso me refiero. Son la perfección que sostiene tu mundo. Cori, para mi, era el amor que sostenía el mio.
Bien, esto va a matarme, si continua voy a desquebrajarme y las lágrimas comenzarán a salir. No puedo soportarlo, le estoy arruinando una parte importante de su vida a Khana. ¿Cómo no pude darme cuenta antes? Soy un completo imbécil por haber interpuesto lo que mas anhelaba por sobre lo que mis amigos también querían; amor.
—¿Qué piensas de esa persona a la que ama Cori?—pregunto con bastante curiosidad, esperándome lo evidente, esperando que diga que la odia, que la detesta, que no merece el amor de él…que le causo repugnancia.
—Sabes—me advierte dibujando en su rostro una leve sonrisa un poco forzada—Cori se ha enamorado de uno de los seres mas hermosos del mundo.
—Khana…yo…
—Karla seguramente lo sabía.
—¿Karla?
—¿A caso no es obvio?—me dice comenzando a caminar.
Me quedo pasmado unos segundos, parado, con mis brazos colgando a los lados inmóviles y con mi mente casi nublada. ¿Ha dicho Karla?
—¿Lo es?—pregunto alcanzándola, mientras camino a su lado.
—Vamos, no digas que no lo sabes, Cori y Karla…se aman.
—Creo que lo mal interpretas—le digo tratando de regresar al punto de antes y soltarle de una vez por todas que Cori a quien ama realmente es a…
—Piénsalo detenidamente—interrumpe ella mis pensamientos—¿A caso no te enamorarías tu también de Karla? Ella es hermosa, hábil, dulce, cariñosa y…perfecta.
—¿A sí? Digo ¡Si! Bueno, pero el punto no es ese Khana. Créeme que Cori a quien ama realmente es a…
—No intentes encubrirlo Sasha, ni amortiguar menos el golpe. Cori me rechazó, pero eso no es malo hasta cierto punto. Él es una buena persona, mejor de lo que cualquiera pudiera ser y tú lo sabes mejor que nadie, y tuvo el valor de decirme justo a tiempo que amaba a alguien más. Eso lo valoro, porque me demuestra que lo último que quería era dañarme con mentiras.
—Lo sé Khana…lo sé.
Ella me sonríe, coloca la cesta en el suelo y se pasa las manos por el rostro, sacude la cabeza y se arregla el cabello. Respira profundo y exhala lentamente.
—Bien—me dice resoplando—esto ya pasó, el mundo no se acabará y lo superaré luego comiendo toneladas de helado. Mejor apresurémonos o los chicos morirán del hambre. Aunque seguramente Cori esté mas a gusto con Karla a solas.
Debería decirle. ¿Debería? Pero si lo hago entonces ¿Qué pensará luego? ¿Qué soy un anormal por enamorarme de mi mejor amigo? ¡Carajo! Llegaría a pensar que soy gay y peor aun ¡Que ambos somos gay! ¡Mierda! Y llegar hasta el punto de definir nuestro estado de chicos normales nos costó un poco, ahora explicárselo a Khana sería todo un caso. Mejor lo dejaré así…aun así, tengo que hablar unas cosas importantes con Cori…posiblemente sea necesario regresar lo que nunca debió pertenecerme.
Llegamos hasta la azotea y como supusimos Cori y Karla ya estaban acá. El conserje nunca se niega a prestarnos la llave para la azotea, incluso tenemos una copia, pero en mi habitación se ha perdido en algún cajón y encontrarla me llevaría un buen rato, lo que me recuerda que debo de arreglar mi cuarto.
Cori simplemente me observa, con la mirada fija e inmutable. ¿Qué estará pensando? ¿Qué estará cruzando en estos momentos por su cabeza? La simple idea de que Cori se pudo haber enamorado de Khana me hace sentirme culpable por ser quien le cause sufrimiento a ella. Aún no sé que hice exactamente para que Cori llegase a enamorarse de mí. No soy nada especial, soy torpe y distraído, demasiado curioso y lento en lo que hago. No soy bueno en deportes ni en matemáticas, y más importante aún; soy un chico. ¿Cómo pudo Cori enamorarse de un chico a sabiendas que le gustan las chicas? ¿Qué lo impulsó a dar por sentado de una buena vez que se había enamorado de mí? ¿Qué le hizo decidirse de lleno para decirme que me amaba? El hecho de pensar en ese momento, en ese espacio de tiempo tan ínfimo pero tan perdurable, tan sencillo pero a la vez tan complejo, tan fácil pero a la vez tan difícil de lograrlo, me hace recordar que tengo mucho que aprender para ser alguien mejor y aun así, Cori lo hizo. Se armó de valor y en el momento menos esperado me dijo lo que sentía por mí, arriesgando todo y a todos. No se si él pensó en las posibles consecuencias de esto, si pensó en lo que podrían decir los demás, en lo que podría pensar Karla o en lo que podría llegar a pensar yo. ¿Qué si hubiese rechazado ese sentimiento? Me alegra saber que al menos pude darme cuenta de dos cosas en todo el asunto y es que amor es amor, y que me había enamorado de Cori sin haberme dado cuenta de ello.
Khana parece actuar con normalidad. Ella piensa que Cori a quien quiere es a Karla. Y es cierto, hasta algún punto en especifico, son amigos pero sé que no va mas allá de ello, aun así, siento que le estoy fallando a alguien…a Khana seguramente por no decirle la verdad y guardármela. Mas sin embargo, decírselo la dañará más y peor aun puede dañar nuestra amistad. Piénsalo Sasha, ¿realmente le estas mintiendo?
—¿Qué sucede?—me pregunta Cori sentándose junto a mí.
Nos hemos sentado en círculo junto a la malla de metal que rodea la terraza. Este instituto es uno de los pocos en Longmont que en su techo tienen un jardín, convirtiéndolo en un edificio ecológico. El alcalde, el señor Conroid, decidió impulsar el proyecto hace unos años y tal parece que dicho proyecto ha dado frutos. El jardín es prácticamente…perfecto. Un árbol de cerezas que el conserje cuida y poda seguidamente nos da bastante sombra. Es un poco curioso que el árbol no haya crecido mucho…en serio, es como un árbol enano, seguramente medio metro más alto que yo pero con una copa prominente. ¿Les he dicho alguna vez que me encantan las cerezas?
—Mucho—le digo mirándolo a los ojos.
—Bien, juro que el Snicker de tu bolsillo me lo comí por necesidad, tenía hambre, lo siento.
—¿Qué Snic…? ¡Eres un glotón!—le refunfuño revisando mi bolsillo solo para comprobar que mi chocolate ha desaparecido.
—Juro que te lo pagaré…a besos—me susurra—pero lo haré.
Las palabras de Cori provocan que me sonroje. ¡Diablos! Lo hace con tanta facilidad que luego me dan ganas de abrazarlo. ¡Mierda! ¡Ahora me dan ganas de abrazarlo! Enamorarse de alguien te vuelve estúpido…pero si es por Cori está bien.
—Eres…un tonto—le digo dándole un golpe con mi puño en su hombro. El simplemente se pone a reír.—Es en serio Cori, tenemos que hablar.
—Vamos que es un pago justo.
—Si eso lo sé—mascullo en voz baja.
—¿Qué dijiste?—inquiere él ladeando su cabeza.
—¡Nada! Que mejor deberíamos de comer.
Khana y Karla han terminado de servir la comida y como siempre el olor del almuerzo preparado por Khana provoca que me cruja el estomago. Puedo notar que Khana se esfuerza, lo hace y sé que esto no lo soportará por mucho. Mas bien se esta forzando mas de lo que debería para actuar normal frente a Karla y Cori. Posiblemente llegue un punto en el que se moleste con ella y la odie…mas a quien debería de llegar a odiar es a mí.
Karla me pasa un plato con comida y un vaso con jugo de uvas. Esto se mira simplemente delicioso y esperen…¡Sabe delicioso! Como era de esperarse de Khana.
—¿Qué tal está?—pregunta Khana
—¡Te robaré!—exclama Karla—es definitivo ¡Te robaré! ¡Esto es perfecto!
—¡Muy tarde!—le digo yo imitando la voz de malvado—Me casaré con ella y me la llevaré lejos para que me cocine solo a mi—tomo con los palillos un poco de arroz cantones y lo saboreo como si fuese la ultima comida que fuese a probar en el mundo.
Cori casi se atraganta con lo que digo y Karla suelta una carcajada de ver su reacción. Khana logra sonreír y me mira por unos segundos. Sé que significa este gesto, esta mirada tan quieta y profunda; es un “estaré bien”, es un “no te preocupes”, pero quien no está bien soy yo. No puedo estar tranquilo, no sabiendo que Khana está sufriendo.
—Esta delicioso, Khana—le dice Cori sonriéndole.
Cori lo está tomando con más calma, ambos lo están tomando con más calma que yo, aunque sean ellos los implicados en todo el asunto. ¿Estaré acaso exagerando?
—Gracias—le dice ella dedicándole una sonrisa y asintiendo con la cabeza.
Terminamos de almorzar como siempre, hablando de cosas ridículas y riendo de estupideces que se nos ocurren. Es increíble como Khana puede hacerlo ver tan normal, como si nada hubiese pasado. Esto va a matarme.
Los juegos transcurren sin ningún percance. Es un poco extraño porque en años anteriores siempre ha habido alguna que otra pelea pero esta vez no ha sucedido nada más que la pérdida de un perico. ¿Quién demonios trae un perico a un festival de deportes? Por lo menos lo encontraron sano y salvo picoteando las flores del jardín de la entrada. El conserje, Kiwi, como le decimos, un chico de no mas de 27 años con cabeza ovalada y mucha barba, parecido a un kiwi, ha sembrado y cultivado unos tulipanes en la entrada del instituto. Se enfurecerá cuando se dé cuenta que un perico picoteo sus amadas flores de colores.
Mis padres se han ido a la casa y se han llevado consigo el auto. Seguramente mamá, la madre de Cori, de Karla y de Khana irán a la ciudad de compras. Las primeras tres señoras juntas son un peligro para la integridad física y mental de cualquier adolescente. El año pasado fuimos todos a un lago cerca de una casa de campo de unos familiares de la señora Bonnet en el estado de Kansas. Fue un viaje de cinco horas en auto hablando debilidades con los chicos y escuchando las historias de nuestras madres de cuando eran más jóvenes. Mi padre previniendo el tortuoso viaje decidió adelantarse con el padre de Cori y el de Karla para tener todo listo para cuando llegáramos.
El viaje fue normalmente aburrido hasta la primera parada para cargar el tanque con gasolina que fue cuando la señora Woller sugirió que sería divertido viajar a 120 Km por hora en unas curvas tan cerradas como la mente de Liam—que por cierto tengo tiempos de no saber de él— y mi madre, secundada con la aprobación por la señora Bonnet de hacerlo, no lo pensó dos veces y metió a fondo el pie al acelerador. Juro por mi trasero que ese día mi garganta estuvo a punto de sangrar de tanto gritar. Karla temblaba de los nervios y el susto y Cori inclusive vomitó al solo bajarse del auto. ¡Fue el viaje más loco que alguna vez pude haber hecho! La señora Bonnet, la señora Woller y mi madre simplemente se reían y decían que la adrenalina es lo mejor que puede haber en el mundo. ¡Al carajo la adrenalina! ¡Amo mi vida!
La tarde llega rápido y el sol comienza a tornarse anaranjado. Los juegos terminan y la única actividad que resta es la del salón que hemos preparado con los chicos. Nuestras expectativas son superadas con creces. El lugar esta a punto re reventar de adolescentes deseosos de jugar y curiosamente está un grupo de profesores participando. ¡Diablos! ¿El señor Donovan? No puedo creer que vaya a participar. Seguro sus aspiraciones de estar más cerca de la señorita Marina, la maestra de artes, se intensificaran con este curioso juego. En serio, ella ha sido una de sus mayores aspiraciones desde que lo conozco, aunque no me explico por qué demonios nunca se lo ha dicho. Seguramente piensa que le rechazará pero a mi parecer ambos harían una buena pareja.
—Bien amigos—dice Khana en voz alta—El juego dará comienzo. Gracias al esfuerzo de estos chicos esta actividad se realizará—comenta señalándonos a nosotros y ganando una ovación de aplausos y gritos por los presentes.—Las reglas son sencillas—continua—se cubren los ojos con las pañoletas, giran la botella y a quien le toque el popote en la rodilla se moverá en silencio hacia el cubículo que le corresponde. El siguiente al que le toque se irá hacia el mismo cubículo y se podrá descubrir los ojos y decidirá si continuar con el beso o no. No me resta mas que decirles ¡Diviértanse!
Apagamos las luces. Los foquillos que colgamos en las paredes iluminan tenuemente la habitación. El silencio y el murmullo de los demás participantes resuenan en el pequeño salón. Nos sentamos con los chicos en uno de los últimos puestos con cojines dispuestos de la misma manera que la primera vez. Estoy un poco nervioso. Este momento solo me recuerda a lo que sucedió hace unos cuantos días. Y pensar que fue así como comenzó todo, que fue de esta misma manera que el torbellino de sentimientos arremetieron contra cada centímetro de mi conciencia haciéndola desfallecer por momentos…que fue de esta misma manera que descubrí que los besos de Cori saben a Guimauve.
—¿Quién girará primero la botella?—escucho a Karla decir. Nuestros ojos ya están cubiertos por las pañoletas. Esto se mira más oscuro que la última vez.
—Me da igual—dice Cori—siempre y cuando me toque con…
Le doy un codazo en las costillas para detener sus ultimas palabras y el gime de dolor tosiendo y soltando el típico “¡Auch!”. Puedo sentir como toma mi mano y la lleva a sus labios, besa mis dedos y logro identificar que dibuja una sonrisa por la manera en la que sus labios están colocados sobre mis manos. Puedo sentir como su respiración está totalmente calmada y constante. Cada gesto, cada cosa, cada movimiento que Cori hace provoca que me sonroje y que mi corazón se acelere, pero esto, esto supera demasiadas cosas y sobrepasa los limites que pensé que existían. Cori estuvo a punto de decir que mientras le tocara conmigo; si le tocaba conmigo iba a estar bien, sin importarle que Karla y Khana lo escucharan, sin pensar en lo que podían ellas pensar, en lo que podría suceder luego. Posiblemente soy más cobarde de lo que pienso y soy yo quien debe de aceptar de una vez por todas que me he enamorado de mi mejor amigo, sin importarme que piensen los demás. Posiblemente es eso lo que me falta, es eso lo que hace que Cori sea tan especial, esa seguridad que tiene en si mismo de lo que es, de lo que somos, de lo que soy y de lo que sentimos el uno por el otro. Sé quien soy, que es lo que quiero, lo que me gusta y a quien quiero, pero aun me confunde el hecho de que dentro de ese perfil que tengo de mi mismo se encuentre algo que no encaja; un chico…Cori. Pero eso no me impide amarlo.
La botella comienza a girar y puedo sentir como el popote rosa mi rodilla en cada vuelta que da. Me pregunto que va suceder ahora, me pregunto si Cori estará de acuerdo con esto, ¿lo estoy yo? ¿Estoy de acuerdo con que Cori bese a alguien más que no sea yo? Bueno, no es que me moleste, pero supongo que debería de hacerlo…ser nuevo en este tipo de situaciones me da un poco de ventaja de no alterarme.
¡Maldición! ¿¡Otra vez yo!? ¡Mierda! Y ¡Más mierda! No puedo creer que otra vez tenga que ser el primero en esto. Me resigno simplemente a pasar al cubículo y aguardar por quien le toque. Por lo menos esta vez no me he tropezado con nada en el camino, supongo que si fue una buena idea hacer estos espaciosos cubículos para la ocasión.
Me estoy poniendo un poco nervioso. ¿Y si le toca a Cori? ¿Y si realmente le toca a él? La primera vez fue una cosa, luego las veces en las que me los roba desprevenido es otra, pero esta, esta vez será a quemarropa, con seguridad de poder hacer lo que debe y con la certeza de que no ocurrirá nada malo porque soy un torpe que le permite hacerlo porque me entorpece y provoca que me enamore cada vez mas de él. ¡Demonios! ¿Cómo puedo estar pensando en que Cori será quien me vaya a besar? Vamos Sasha, te gustan las chicas…¡Maldición! ¡Pero amas a tu mejor amigo! Muchos considerarían esto extraño pero posiblemente a mas de alguno le ha sucedido, y como yo, han llegado a la siguiente conclusión “Esa persona es la excepción en todo esto y con la única que sucederá lo que está sucediendo”.
Alguien se acerca, puedo sentir sus pasos. Ha sucedido más rápido que la vez anterior. Me pregunto quién será. Me estoy poniendo nervioso. Calma Sasha, calma, no te sofoques. ¡Como no me voy a sofocar! Tonta conciencia que trata de calmarme.
Sus manos están tibias. Puedo sentirlas en mi rostro. Estas manos las conozco. Son suaves y de tacto delicado, de dedos delgados y firmes que se adaptan al contorno de mi rostro. ¿Khana? ¿A caso es Khana? No, estas manos son más familiares. ¿Cori? Son las manos de…Cori. Puedo sentir como recorren mi rostro de manera delicada, como acarician mi cabello, como toman mis manos entre las suyas.
Besa mi frente, mis mejillas…mis labios. Guimauve. Otra vez esa sensación de Guimauve en mis labios. Aquella sensación de suavidad y ligereza que caracteriza a los besos de Cori, aquella delicadeza con la que los demuestra. Todo es tan perfecto.
Se separa de mis labios unos segundos, unos pocos segundos que siento eternos hasta que vuelvo a sentir su respiración cerca de mi rostro. Otra vez ese beso tan perfecto, tan delicado, tan dulce que me hace desear que esto no termine. Me quito la venda de los ojos y ahí está él, mirándome fijamente sin decir ni una sola palabra, con su rostro iluminado tenuemente por los foquillos colgados en la pared. Siento algo en mi pecho, ¿Qué es? Necesito decirle algo, ¿pero qué exactamente?
Cori toma entre sus manos las mías y las lleva a su rostro. Sus mejillas son suaves y cálidas. Besa mis manos y murmura unas palabras que no alcanzo a escuchar, pero lo último que puedo leer en sus labios es un “lo siento”. ¿De qué exactamente? ¿De esto? Soy más bien yo quien lo siente, por ser tan torpe e inútil en todo lo que está sucediendo.
—Te amo, Sasha—murmura.
Cori hala de mis manos y me trae contra sí, abrazándome fuertemente entre sus brazos, murmurándome al oído que me ama, que no me aleje de él, que jamás le abandone.
—Quédate conmigo para siempre—vuelve a susurrarme al oído.
—Los para siempre pueden ser solo un segundo Cori.
—Entonces permíteme ese segundo ser feliz contigo, permíteme que ese para siempre tan efímero sea junto a ti, Sasha…solo junto a ti.
No puedo contenerme, no puedo resistir el impulso de alzar mis brazos así que los levanto para envolverlo también en un abrazo que quisiera que no tuviera fin. Necesito decírselo, necesito que lo sepa, necesito que comprenda lo que realmente siento. Pido perdón, en mis adentros y de la manera mas sincera posible a Khana, espero y me perdone por esto, espero y no me odie por ello, pero me enamoré de ese alguien a quien ella ama.
—Se lo que está sucediendo con Khana, Sasha—me dice Cori sin dejar de abrazarme, con su rostro junto al mio—se lo que piensas Sasha, se lo que sientes, pero por favor comprende que no puedo fingir amar a alguien. No puedo dañar a Khana e hice lo que hice porque así debía de hacerlo. Te escogí a ti y solo a ti. Te amo a ti y a nadie más y el mundo debe de comprenderlo por más mal que le parezca.
—Soy un egoísta Cori, demasiado egoísta por enamorarme de ti sin pensar en los demás.
—Te equivocas—murmura abrazándome con mas fuerza—egoísta hubiese sido dejar de lado lo que amas por la felicidad de los demás. Sacrificarte es bueno Sasha, cuando al final sabes que es lo correcto, pero dejar de lado lo que el corazón pide es incorrecto y por tanto egoísta pues te niegas lo que te mereces.
—Entonces ¿Qué estoy haciendo exactamente?—le digo mirándolo a los ojos. Puedo notar la preocupación de Cori en su mirada.
—Amas, eso haces exactamente, amas y eres feliz y justo con lo que debes y le das al corazón lo que realmente le corresponde.
Coloco mi frente contra la de Cori y nuestros rostros quedan lo más cerca posible. Puedo notar como su respiración se hace más lenta y como sus ojos examinan ávidamente los míos en busca de respuestas a lo que estoy pensando.
Acerco mis labios, por impulso propio, a los de Cori, sin ningún motivo alguno y por deseo propio lo beso sin bacilar.
Entonces es así como siempre se sintió, de esta manera es como Cori siempre se sintió cada vez que lo hacia. Liviano, completo, feliz con cada beso que nacía de un amor incondicional.
—Estas son una de las pocas cosas en mi vida que he hecho por mi cuenta Cori…y soy feliz porque lo hago contigo, porque eres el motivo que me alienta a hacerlo, porque eres el motivo que me anima a lograr lo que nunca creí; enamorarme.
—¿Qué sientes Sasha? ¿Qué sientes exactamente por mí?
—Yo…te amo.
Sábado 10 de Julio de 2010
(Tarde, después del festival de deportes)
Amigo confidente, es cuestión de tiempo y situaciones el darse cuenta que amar no es una simple habilidad ni algo que se adquiere por casualidad, si no más bien es cuestión de darse cuenta sobre lo que el corazón quiere y siente.
Hoy doy por sentado, de una vez por todas y sin remordimiento alguno, que amo a Cori, sea como sea, suceda lo que suceda, y será así para siempre…incluso si los para siempre solo duran un segundo. De ser así, entonces ese para siempre será uno de los segundos más importantes para mí, pero sinceramente espero que ese segundo perdure toda una vida.
Sasha
Ending:






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Autor: Luis F. López Silva
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