Un cajón de sastre al azar

Un cajón de sastre al azar
Imagen de Anita Smith en Pixabay
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domingo, mayo 27, 2012

Capítulo 9: Sinónimo de…

En el capítulo anterior:
Una vez escrito el mensaje no sé que hacer. Si, si, solo es presionar “enviar” pero no es tan sencillo. ¿Qué tal si Cori se molesta? Pero si no le envío el mensaje entonces nunca sabré si se encuentra o no bien y la idea de llamarlo hace que me tiemblen las manos. Sí, mejor le envío un mensaje de texto. Presiono la pantalla táctil y el mensaje se envía. Estoy un poco nervioso y no creo que él conteste así que me dispongo a guardarme el celular el bolsillo cuando el típico tono de mensajes timbra inesperadamente. Él ha…contestado. Sea lo que sea, me diga lo que me diga y suceda lo que suceda después de este mensaje, Cori siempre será Cori, y Cori al igual que Karla siempre será algo que nadie más podrá ser nunca; mi vida…una vida que amo como nadie jamás podría hacerlo.
Continuación :
Capítulo 9: Sinónimo de…
Red grulla
Presiono la pantalla de mi móvil y el mensaje se abre. Desvío mi mirada, temeroso de lo que pueda leer, pero respiro profundo y saco valor de quien sabe donde para finalmente disponerme a leerlo.
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Una sensación de alivio recorre instantáneamente mi cuerpo aliviando considerablemente la carga del problema. Me alegra el hecho de que me haya contestado. Mi celular vuelve a sonar, es otro mensaje “Lo olvidé, no le digas a Karla que te he respondido o se molestará conmigo por no haberle contestado a ella (u_u)” Leo cada palabra de sus mensajes con bastante alivio y sonrío para mi mismo. Estoy feliz de saber que aún puedo hablar con él…aunque sea por mensajes de texto.
—¿Sucede algo?—pregunta Karla.
—No es nada—le digo sonriendo.
El resto de la tarde transcurre normal en el instituto. Las labores de limpieza nos aturden a todos hasta el cansancio y las órdenes del señor Donovan terminan desquiciando a más de alguno pero finalmente todo queda preparado. Cada detalle, cada arreglo, cada minuciosidad, todo queda listo gracias al esfuerzo de todos. El señor Donovan reúne a los de nuestro salón en el campo de beisbol y se dispone a pasarnos lista. Luego de eso y de una explicación acongojada del porqué Cori esta ausente hoy, nos podemos ir a casa.
Pasamos por la casa de Khana y luego paso por la de Karla, todos acordamos ir a ver a Cori a las cuatro de la tarde. Realmente no se si quiero ver ahora a Cori, no porque no me agrade la idea, pero no sé qué pueda suceder, ni qué le diré si lo hago. No puedo simplemente llegar pensando “Bien, hoy fingiremos que no existe ningún problema” cuando estoy mas que seguro que se me saldrá una idiotez y me desesperaré si alguno menciona el asunto. Posiblemente no sea buena idea verlo por ahora.
Llego a mi casa y me encuentro nuevamente con aquel lugar tan vacío y solitario. Miro la hora en mi móvil, apenas son las dos de la tarde. Creo que tengo un poco de tiempo para ir a visitar a Darien, aun tenemos una charla pendiente y mucho que necesito aclarar. Esa sensación dentro de mi pecho aún no desaparece.
Subo a mi habitación en busca de papel de colores, me pongo ropa más cómoda y salgo apresurado hacia su casa. Camino por aquella vasta llanura, atravesándola mientras sigo el sendero que por momentos se pierde. Llego hasta el estanque que se encuentra tras la colina y puedo ver a un par de ovejas tomando agua. Trato de pasar desapercibido para no asustarlas, una vez las pierdo de vista, avanzo a paso medio, mirando a mi alrededor, por la tarde es un paisaje diferente que el de la madrugada. Puedo ver a lo lejos una enorme nube negra que se extiende en el horizonte. Posiblemente hoy llueva.
Llego hasta el lugar donde la llanura hace borde y da comienzo al bosque de coníferas. Me adentro lentamente en él, abriéndome paso entre ramas de árboles y musgo verdoso hasta llegar al sendero de helechos. Puedo escuchar el riachuelo fluir tras la colina igual que esta madrugada. Esta vez el olor a café está ausente.
Sigo por el sendero, atravesando el bosque y escuchando cantar las aves. Los conejos hacen presencia correteando por todo el lugar hasta perderse. El calor a estas horas es insoportable pero en el bosque puedo notar que se mantiene fresco. Cruzo todo el lugar para llegar hasta frontera del bosque y puedo notar la casa a lo lejos; la chimenea esta humeando y esta vez huele distinto. ¿Qué será?
Continúo caminando, tomando el sendero que inicia desde el borde del valle con espigas doradas hasta llegar a la casa. El olor de antes se intensifica pero aún no distingo que será. Rodeo el lugar hasta llegar al corredor. Las ventanas están abiertas en su totalidad y la puerta yace entre abierta. Finalmente logro distinguir aquel aroma tan familiar; se trata de queso fundido.
—Hola—llamo desde afuera tocando la puerta.
Escucho a alguien corretear dentro de la casa, las bisagras de la puerta rechinan y alguien asoma tras ella. Carol. Ella abre de un solo la puerta, sonriéndome y halándome de la mano hacia adentro.
—¡Mamá!—grita emocionada—¡Alexander está aquí!
El olor a pan y a queso derretido se hace mas intenso dentro de la casa. Creo que está a punto de darme hambre.
Veo a Darien sentada en el mismo lugar de esta mañana, arreglando un florero con hermosos lirios y tulipanes de colores. Las hojas de papel de colores aún siguen en la mesa y una grulla a medio terminar yace doblada sobre ellas.
—¡Ah! Bienvenido Sasha—me saluda sonriendo al escuchar mis pasos acercase.
—Hola Darien, perdón por molestarte una segunda vez el día de hoy.
—Vamos que no es molestia, recuerda que tenemos una charla pendiente.
—Lo sé—le digo con tono de alivio—por eso hoy he traído un poco de papel.
—Bien. Pero primero lo primero—me dice colocando el último tulipán dentro del florero—has llegado justo a tiempo para merendar.
Ella se pone de pie y auxiliándose de un bastón y sus manos se dispone a buscar algo en la cocina. Mientras tanto Carol se acerca a mi con una enorme sonrisa.
—¡Mira lo que he encontrado esta mañana!—me dice emocionada.
Carol extiende sus manos y me muestra una cría de canario con escasas plumas azuladas. Lo cojo con cuidado, asombrado realmente de cuan pequeño es.
—Es hermoso—le digo sin dejar de mirar a la pequeña ave—¿Dónde lo has encontrado?
—Lo encontré esta mañana tras la colina en donde pastan las ovejas. He buscado su nido pero no lo he encontrado—musita cabizbaja.
—Ya veo—comento con desaire—¿Por qué no lo cuidas tú?
—No puedo. Realmente no sé que hacer con él y tampoco creo que mamá pueda cuidarlo. Le daría muchos problemas si intenta volar mientras lo alimenta, y como ella no ve, el pichón podría perderse.
Carol se desanima rápidamente y su rostro me indica que está realmente preocupada por la pequeña criatura. —¿Si deseas puedo cuidar yo de él?—le digo tratando de resolver el problema. Aunque a mis padres no les gustan los animales, que más da, ellos ni tan siquiera pasan en casa.
—¿¡En serio!?—exclama ella sonriendo de oreja a oreja.
—Claro, no creo que sea problema—le digo animándola.
—¡Mamá! ¡Alexander ha dicho que el cuidará del canario!
—Lo ves—comenta Darien mientras se acerca con una pequeña olla humeante. La coloca en la mesa sobre un pequeño atrio de metal y luego regresa a la cocina—te dije que todo se solucionaría. Ahora, ¿Podrías ir por las ovejas? Presiento que hoy lloverá.
Carol asiente. Corre hacia su habitación y luego regresa nuevamente con un pequeño silbato colgado a su cuello.—Cuídalo mucho—me dice mientras acaricia al pequeño canario—regresaré pronto—Ella se va cerrando tras si la puerta y todo queda nuevamente en silencio.
Siguen sorprendiéndome las grullas colgadas en el techo con hilo. Son muchas y están colgadas todas de manera ordenadas sin amontonarse unas con otras. El viento comienza a soplar levemente, entrando por la ventana y haciéndolas ondear de un lado a otro dando la sensación de que están volando.
—¿Cómo sabes que lloverá?—le pregunto a Darien con bastante curiosidad.
—Cuando eres ciego te das cuenta de muchas cosas que no ves cuando tus ojos funcionan—me dice acercándose a la mesa con una hogaza de pan—simplemente lo sientes.
—¿Cómo qué has sentido para saber qué lloverá?—inquiero.
—El viento huele distinto—me dice partiendo el pan y dándome un trozo. Lo parte en pedazos más pequeños y coloca uno de los pedacitos en la punta de un palillo. Lo introduce en la olla, lo mueve un poco, luego lo saca lleno de queso fundido y se lo lleva a la boca mientras lo saborea. Parece disfrutarlo. Creo que ya me dio hambre.—incluso suena distinto—murmura.
Me hace una seña para que también coma así que la imito. Realmente es delicioso.
—¿Así que se puede percibir el mundo de esta manera?—le digo llevándome otro pedazo de pan lleno de queso a la boca.
—El mundo siempre es percibido de muchas maneras Sasha. Lo que tú sientes es rara vez sentido por los demás, pero eso no significa que no haya cosas que puedan ser sentidas por más de uno.
—¿A qué te refieres?—inquiero bastante curioso por sus palabras
—Es como un sinónimo que a la vez funciona de antónimo y posiblemente sus significados se confundan. Es fácil que tú y alguien más sepan que va a llover por el sonido de un trueno o por la nube que se impone negra frente a sus ojos; ambos comparten esa sensación pero es muy difícil decir con certeza que dicha sensación es la misma en ambos.
—Entonces el sinónimo de que lloverá sería esa sensación que nos dice que realmente lloverá.
—¡Exacto!—exclama ella agarrando otro trozo de pan—podrías decir que la brisa húmeda y fría es sinónimo de lluvia.
—¿Entonces cual sería mi antónimo?
—Que posiblemente se equivoquen y no llueva. Posiblemente tú estés seguro de que lloverá pero no sucede. Eso mismo pasa con lo que las personas sienten.
Ahora comprendo un poco por donde va esta charla. Darien realmente sabe que dentro de mí hay una inquietud y yo creo saber como ella está intentando ayudarme a resolverla. Necesito indagar un poco más.
—¿Es posible que la amistad…sea un antónimo?—murmuro mientras tomo otro pedazo de pan.
—En este mundo todo es posible—me dice con bastante seguridad—pero el sentimiento de la amistad tiene más sinónimos que antónimos.
—¿Cómo cual?
—Como él amor—aclara ella.
¿Amor? Eso es más que evidente. La amistad conlleva amor, amor incondicional que siempre va de la mano de la persona que carga con ese sentimiento.—Aun así—continua Darien—el amor no tiene sinónimos.
—¡Eso es imposible!—exclamo con sorpresa—Hay tantos significados de la palabra amor.
—¡Los hay! No lo niego—interviene rápidamente—pero solo de la palabra, no necesariamente del sentimiento. Todo lo que tiene límites posee una diversidad de significados que se adaptan según lo que el ser humano siente o necesita. El problema es que el amor es un sentimiento que se da el lujo de traspasar esos límites a los que se le llama amistad u odio y crea un nuevo mundo de ello.
—Pero eso significaría que el amor es algo que no esta a nuestro alcance; fuera de nuestros limites.
—No necesariamente. Como seres humanos siempre nos superamos, ¿Por qué debería de ser imposible superar esas barreras que dan paso al amor?
—¿Y que hay si esas barreras no son simplemente la amistad o el odio? ¿Qué tal si lo es la misma humanidad?
—Jamás dije que esas eran las únicas limitantes—me dice agitando el palillo con pan en el aire y negando con su cabeza hasta que finalmente se lo come—la sociedad es una limitante en si e incluso los mismos prejuicios más que nada.
—¿Los prejuicios?
—Así es. El simple hecho de pensar que te debes de enamorar de alguien porque es de tu mismo estatus social limita las posibilidades de encontrar lo indicado para ti en un mundo tan diverso de seres humanos. ¿Qué hay si la persona a la que realmente amas termina siendo más pobre o rica que tú? ¿Te negarás a amar a esa persona solo por ese estúpido prejuicio?
—¡Jamás lo haría!
—A eso es a lo que me refiero—espeta tomando el ultimo trozo de pan—Si todos pensaran así este mundo no sería un fiasco. El amor no distingue raza, sociedad o género. Amor es amor, ya te lo he dicho, venga de donde venga y siempre y cuando sea por lo que llevas dentro y no por lo que eres por fuera.
Bien, otra cosa aprendida este día. Esto de hablar con Darien realmente me ayuda en muchas cosas. Ahora creo entender con un poco de más claridad el asunto pero sigo teniendo aquella sensación en mi pecho que no me deja en paz. ¿Qué será?
Terminamos de merendar y Carol aún no regresa con las ovejas. Seguramente el lugar donde las lleva a pastar está algo alejado. Ya ha pasado una hora desde que se fue y solo me queda una hora para seguir charlando. Realmente quiero quedarme pero debo de ir donde Cori a visitarlo. Escucho el viento soplar mas fuerte que antes y veo como el cielo se obscurece de a poco. De un momento a otro lloverá.
—Carol aún no regresa—musito algo preocupado.
—Estará bien—me dice Darien—hay un establo muy cerca en donde las ovejas duermen. Ella siempre se queda hasta tarde ahí jugando con ellas. Estoy segura que regresará una vez termine de hacer lo necesario en el establo.
— ¿Acaso solo ustedes viven en este basto lugar?
—Las únicas—me dice retirando la olla de la mesa.
Me dispongo a ayudarle a limpiar y lavar lo que ensuciamos. Una vez todo está limpio regresamos a la mesa a tratar de seguir comprendiendo el mundo. El florero con tulipanes y lirios hace contraste con la rustica mesa y el frío viento que atraviesa la ventana. Darien toma un trozo de papel y comienza a plegarlo. Los mismos pliegues de antes, los mismos trazos y movimientos con sus manos que indican que hará otra grulla.
—Dime Darien—le digo tomando uno de los trozos de papel que traía conmigo—¿Por qué siempre grullas de papel?
Ella sonríe mientras continua doblando con bastante habilidad sin temor a equivocarse en algún pliegue, consiguiendo marcados perfectos sobre el papel. —Es una historia bastante curiosa—me dice—y un tanto complicada.
— ¿Complicada? ¿A caso es difícil de contar?
—No, no lo es. Es simplemente que puede parecer absurda y tonta.
—Nada es tonto ni absurdo cuando hay alguien dispuesto a escuchar lo que alguien tiene para contar—le digo comenzando a plegar el papel entre mis manos
Darien aguarda en silencio durante un momento mientras termina de plegar el papel con sus dedos hasta que otra hermosa grulla nace de sus manos. Toma otro trozo de papel y prosigue a seguir doblando.
—Hubo una vez—musita—que me enamoré de alguien que creí que también me amaba. Fue un día como este, cuando el viento soplaba frío y la lluvia se sentía tan palpable en la piel. Fue un día como este en el que me entregue a algo que creí que era amor.
—¿A caso no lo era?
—Posiblemente lo fue y no lo fue.
—No comprendo—le digo terminando de doblar el papel de mis manos y mirándola fijamente.
—Como dije, nadie percibe tu mundo tal como tú lo percibes, a menos claro que tú desees compartir ese mundo.
—¿A caso tu decidiste no hacerlo?
—Yo lo hice—murmura—pero nunca pudo esa persona compartir su mundo conmigo. Aún así no me importó y continué con una historia que sabría que no tendría un final feliz, esperanzada a que ese final nunca llegara. Estas grullas representan un recuerdo de la primera esperanza que tuve de poder amar. Esa persona que le dio color a mi vida fue quien me enseño a hacerlas Sasha, pero de la misma manera tornó mi mundo color gris.
—¿Acaso es el causante de que seas ciega?—inquiero bastante sorprendido.
—No, no me refiero a eso. Lo que quiero decir es que él fue quien me hizo saber que el amor no tiene sinónimos, pero si tiene antónimos. Posiblemente fui yo quien percibí su afecto a forma de amor cuando seguramente no lo era.
—¿Pudo ser odio?
—No lo creo—musita—si hubiese sido odio, jamás me hubiera dado la esperanza de seguir viviendo. Esa esperanza ahora se llama Carol. Aun así un amor no correspondido daña desde adentro al final de cuentas, a ambas partes.
Ella termina de doblar el papel en otra grulla y se queda en silencio. Un trueno retumba en el cielo seguido de un relámpago que ilumina desde la ventana toda la casa. El viento comienza a soplar más fuerte y en un momento la lluvia comienza a caer de a poco hasta pasar de ser una simple llovizna a ser un aguacero. Miro la hora en mi móvil y me encuentro con un mensaje de texto de Karla “Nos hemos adelantado con Khana hacia donde Cori. Ven pronto o se acabara el pollo con teriyaki :-P” ¡Demonios! ¡Se lo comerán todo! Miro la hora en la esquina de mi móvil. ¡Las cinco con quince! ¡Ahg! Se me ha escapado el tiempo de las manos. Trato de llamar a Karla desesperadamente para decirle que no podré llegar pero la operadora salta con el tonto anuncio de que estoy fuera del servicio de alcance. Karla se enfadará conmigo y posiblemente Cori se sienta mal al creer que no he ido porque no quiero verle.
—Parece que ha comenzado a llover—comenta Darien, mientras se pone de pie a cerrar la ventana.
—Creo que debo irme—le digo mientras coloco la grulla que he hecho junto a la de ella.
—Deberías de esperar a que pare de llover. Te empaparás y enfermarás.
Otro trueno retumba en el cielo y el resplandor del relámpago vuelve a iluminar nuestros rostros. Veo algo que capta mi atención de manera fugaz y me hace recordar mis momentos de soledad. Lagrimas. Darien…esta llorando.
—Lo siento—musito—creo que no debí pedirte que me contaras acerca de tu vida.
—No te preocupes—me dice ella—se siente bien sabes, cuando alguien escucha los motivos del por qué haces algo.
—¿Así que el amor por esa persona te hace hacer estas hermosas grullas?
—No, lo has entendido mal. Un viejo amigo una vez me dijo que si haces mil grullas de papel entonces serás sanado. Lo que siento ya no es amor, si no una herida que sigue estando abierta y trato desesperadamente de sanar.
—¡Pero ya has hecho mas de mil grullas!
—Lo sé. Pero posiblemente requiera de más para sanar completamente. Es irónico que la persona a la quien amé también me dado la misma cura que mi viejo amigo me dio.
—¿Carol lo sabe?
—¿Sobre su padre? No, no lo sabe. Desde que tiene uso de razón esa persona no es más que alguien que viene de visita de vez en cuando.
—¿Es eso correcto?—exclamo algo perturbado.
—Posiblemente no lo sea para nadie, pero tanto su padre como yo acordamos dejarlo mejor así. A pesar de que lleva su apellido y se encarga de ella como todo padre lo haría, está fallando tanto como yo en esto. Carol lleva un vacío dentro de sí que no podrá ser llenado fácilmente.
Las palabras de Darien penetran cada fibra de mi cuerpo y me hacen dar cuenta que tanto Carol como yo no somos tan distintos. Ambos cargamos con un peso que muy pocos conocen, con ese vacío que busca ser llenado por algo que no sea soledad. Posiblemente ella se sienta tan sola como yo, tan desesperada por encontrar eso que esta buscando inconscientemente para saciar esa tristeza tan suicida.
—¿Desde hace cuanto sucede esto?—le pregunto cabizbajo.
—Desde hace seis años, desde el día en el que Carol nació. Ni siquiera se por qué lo sigo permitiendo.
—¿Es amor lo que te detiene?
Darien niega con su cabeza sin dejar de doblar el papel entre sus manos—Estoy segura que es más que eso. Posiblemente solo sea masoquista y me gusta pensar que cada vez que esa persona viene simplemente a ver como está Carol también viene a decirme una vez más que me ama pero sé que solo son estupideces mías. Él solo se esta haciendo cargo de sus responsabilidades Sasha, pero lo que su corazón siente no tiene nada que ver con lo que el mundo le pida.
—Eso es aún más cruel—murmuro con tristeza.
—Lo es. Él simplemente hace lo que debe de hacer.
—¿Y que hay si lo que el exterior me pide es lo mismo que el corazón necesita dar?
—Entonces eso es amor.
—¿Y si el exterior me pidiera odio?
—Entonces no sería tu corazón quien se lo da. Recuerda que el amor es perfecto, y el odio no tiene cabida dentro de él. Si alguien te pide odio y tú se lo das entonces es un estado donde tu conciencia se ha vuelto oscura e idiota por dar algo que tú sabes que nadie quiere. Alguien que pide odio es alguien que pide ser amado de tal manera que no sea destruido algo de por medio. Nadie quiere ser odiado aunque pida odio, es solo que el miedo invade su corazón haciéndole creer que lo mejor es cargar con toda la culpa y el peso de un error.
—Eso ha de…doler—musito con desaire—¿Y es posible solucionarlo?
—Lo es. El amor al ser el único sentimiento que cruza límites entonces pierde toda regla de juicio. Al ser así, entonces no hay limites para repartir la carga de un sentimiento, pero para hacerlo entonces ambas partes deben de estar consientes de cuanto le tocará a cada quien. En eso consiste el amor, en repartirse la culpa, la amargura, el llanto, la tristeza y la felicidad en partes equitativas en donde nadie sufra mas que nadie ni ninguno ame mas que el otro.
—¿Y como darse cuenta entonces cuando es tiempo de amar y repartir el corazón en partes iguales?
—Simplemente lo sentirás. Como dije, el amor no tiene sinónimos, pero existe un único síntoma y es ese latido tan bastardo dentro del pecho que no te deja en paz cada vez que piensas en esa otra persona.
¿Latido? ¿En el pecho? Creo que voy a llorar y desmayarme por esta revelación tan pronta y sin rodeos. Entonces es eso, siempre fue eso, lo que sentía dentro de mí presionando mi pecho. Aquella sensación que creí tan molesta, después de todo solo era molesta porque me negaba a ver lo que era más que evidente. ¿Pero como es posible? ¿Cómo es que no me di cuenta antes? Siento un hormigueo en mi rostro y en mis manos, posiblemente sea de nervios. Acabo de darme cuenta de algo que siempre necesité descubrir y que ahora es visible para algo de lo que alguna vez fui ciego. Amor, así que el amor no tiene sinónimos, pero tiene antónimos y una sensación que te indica que esta ahí presente. ¿Pero que hay de mí? ¿A caso yo tendré un sinónimo? ¿A caso mi ser tiene un sinónimo? ¿A caso mi vida es sinónimo de…?
Miro la hora en mi móvil, las siete treinta de la noche, ha dejado de llover y creo que es tiempo de regresar. Termino de doblar la última hoja de papel y diez grullas más han resultado de esta charla que ha endulzado sin empalagar mi vida. Me siento un poco más aliviado.
—Bien—le digo a Darien poniéndome de pie—creo que es tiempo de que me vaya. Esto ha sido realmente de ayuda. Eres alguien…especial Darien. Que nadie más te haga sentir lo contrario. Posiblemente esa persona que se negó a compartir su mundo contigo sea un completo idiota.
Darien ríe y se pone de pie. Toca mi rostro y se acerca lentamente hasta besar mi frente.—Me alegra que lo hayas comprendido Sasha. No dejes ir ese sentimiento, nunca.
—No lo haré—me murmuro sonriendo.
Cojo con cuidado el pequeño canario entre mis manos y lo envuelvo entre las bolsas de mi suéter de mangas escotadas. Espero y resista el frío viaje hasta casa. Darien me acompaña hasta la puerta y antes de despedirse toma mi mano y coloca dentro de ella una pequeña grulla de papel—Espero y sea de ayuda—me dice sonriendo.
—Lo será—le digo.
Me despido de ella, doy media vuelta y antes de echar a correr Darien me grita—Sabes, tus manos me recuerdan vagamente a esa persona.
—¿A quien amas?
—Así es. Son igual de cálidas y tiernas—me dice con voz sincera.
Provoca que me sonroje momentáneamente, tanto que por poco y se me cae el canario de las manos. Doy gracias a Dios porque aún sigue a salvo y continuo mi camino apresurado hasta mi casa. El paisaje nocturno del bosque es sumamente distinto y en esta oscuridad me tomará mas tiempo regresar. Una vez atravesado el bosque a tientas y lento por la oscura noche, salgo finalmente a la llanura que está tras mi casa. Miro la hora en mi móvil. Las diez en punto. ¡Dios! Me ha tomado alrededor de tres horas en llegar hasta aquí. Debí haber comprado un celular que trajera lámpara incorporada.
Me apresuro a cruzar el enorme valle que parece estar vivo pues los grillos cantan y las luciérnagas titilan, puedo notar las estrellas que aparecen de a poco en el cielo nocturno a medida que las nubes se disipan. El frío aun sigue tangible debido a la lluvia, así que trato en lo mayor posible de llevar cerca de mi cuerpo al canario para que no muera congelado. Unos minutos después finalmente estoy en casa. Rodeo la parte de atrás hasta llegar a la calle. La luz de la entrada esta encendida como de costumbre, pues se enciende sola una vez oscurece. Puedo notar que hay alguien en la entrada, recostado levemente en la puerta. Su suéter gris con rayas naranjas, sus guantes grises y aquella bufanda me hacen reconocerlo inmediatamente.
Está empapado. Otra vez esa sensación en mi pecho. Tal vez Darien tenía razón y el amor no tenga sinónimos, pero mi corazón posiblemente tiene uno, y tiene ojos verdes…

Ending:









Autor: Luis F. López Silva
Todos los derechos reservados ©


miércoles, mayo 23, 2012

El club de los corazones solitarios y Night School - Duplex de reseña

Bueno, bueno, hoy les traigo las reseñas de los dos últimas libros que me he leído esta semana (aparte de las re-lecturas, que por ser re-lecturas me están tomando tiempo... XD), aquí vamos:

El club de los corazones solitarios


Sinopsis:

Penny está harta de los chicos y harta de salir con ellos, de modo que hace un juramento:
«Nunca más». Ha sufrido demasiadas malas experiencias por eso decide montar el Club de los Corazones Solitarios.

Pero por lo que parece, Penny no es la única que está harta de los chicos y un tropel de chicas acude al club. Entonces Penny se convierte en la más popular del instituto por su decisión de renunciar a las citas amorosas, lo que resulta ser una lástima, ya que la líder del popular club ha encontrado a cierto chico que, a su pesar, le gusta…

Fuente: Lecturalia

Comentario personal:

Empecé este libro gracias a mi hermano, él lo leyó primero y se puso a escuchar canciones de The Beatles como loco y yo me le uní. Él me recriminaba que habiendo hecho el juramente, hará más de un año ya y, perteneciendo al club en FB, ya tendría que haberlo leído. Pero como últimamente me ha estado funcionando el método de la "conexión", solo leo libros guiada por mi instinto lector - creo que haré una entrada de ello; ya tengo varios temas pendientes con ustedes, me doy cuenta -, sea como sea, me animé el sábado pasado si no me equivoco y lo devoré en un día y medio. 

Pero empecemos por lo que interesa:

La trama: Bueno, tal y como dice el libro, la trama va sobre una chica que decide fundar un club donde las miembros no salen con nadie y solo se divierten entre ellas. Cosa que está genial, salvo un pequeño problema. Penny Lane - la protagonista - no contaba conque su club subiría como la espuma y entonces, habría guerra - con los chicos y con ella misma - pero hablaremos de esto, luego.

Es verdad, que en la trama principal hay muchas cosas trilladas, pero creo que en eso radica su esencia, todo el mundo se ha sentido identificado con X o Y y en eso radica la popularidad del libro, es como un espejo, lo lees y haces "clic" casi que de inmediato. Me devolvió mucho al ambiente preparatoriano y eso fue recordar otros tiempos - sin comentarios al respecto -, hay muchas cosas que esperaba y otras sorpresitas agradables que deseaba que aparecieran y el final, me lo venía venir con sonrisa en los labios. Es una lectura ligera, sin pretensiones y agradable que se lee de un tirón. Sin embargo, guarda un tesoro muy especial entre sus páginas que ha venido a corroborar lo que estoy aprendiendo últimamente. Tampoco es un libro vacío, está lleno de sol y de luz. 

Sigamos...

Los personajes: En cuanto a esto, debo decir que son de lo más previsibles, están todos los tópicos: la mandona, la popular, la celosa loca, el chico perfecto, la nerviosita, la asquerosa chambrosa hipócrita, entre otros. Aunque tienen muchas sorpresas y una de las características del club es esa... mostrar que las personas nos sorprenden y la verdad, ¿si o no que así pasa en la vida real?, al ver a una persona por primera vez lo encasillas en X o Y estereotipo, pero al acercarse, ves que tiene esa sorpresa... Igual que en la vida real. 

Varios de los cambios en los personajes me gustaron y empatizé bastante bien con muchos personajes. Creo que a más de alguien le sucederá lo mismo.

El romance: ¡Vaya!, siendo un libro antiromance no debería sorprendernos encontrar un poco aquí, pero lo hay disimuladamente. No sabría decirlo, pero creo que el romance va algo así como: la chica no se entera de que estoy tratando de conquistarla. Es decir, Ryan, es un seductor bastante sutil, se acerca en plan de amigos, pero en realidad, sus intenciones son otras - ¡esos son los peligrosos! -; claro, que después logra hacer un gesto tan bello hasta yo me quedé así como O.o y con una mano en el alma o se me iba, pero bueno...  Ahora, sabemos por la sinopsis que a Penny le gusta, pero, dejaremos la pregunta en suspenso: ¿se decidirá por él?, porque tiene tantas razones para no lanzarse al agua que ni las cuento. 

En conclusión, bueno, creo que en pocas palabras puedo decir que el libro es una delicia, igual que una limonada en verano o una tarta de chocolate - nunca cae mal -, gustará a cualquiera que lo lea, sea hombre o mujer, tenga pareja o no y te contagiará unas ganas locas de escuchar a The Beatles - punto especial: sobre The Beatles, el libro se lleva el premio, aparecen en todas partes y los padres de Penny logran sacarme carcajadas a propósito de ellos -, es una lectura altamente recomendable. 

Puntuación:

4/5

Como especial, les dejo las canciones de The Beatles que aparecen en el libro y que ya he agregado a mi reproductor, ¡espero las disfruten!:

Love me do
(Ámame)


From me to you
(De mí para tí)


Lovely Rita
(Adorable Rita)


Revolution
(Revolución)


I want to hold your hand
(Quiero tomarte la mano)


I'll be back
(Volveré)


I'ts getting better all the time
(Se está poniendo cada vez mejor)


Penny Lane


With a little help from my friends
(Con un poco de ayuda de mis amigos)


Come together
(Reúnamonos)


Help!
(¡Ayuda!)


Here comes the sun
(Aquí viene el sol)


Lucy in the sky with diamonds
(Lucy en el cielo con diamantes)


Sgt. Pepper's lonely hearts club band
(El club de los corazones solitarios del Sargento Pimienta)


Yesterday
(Ayer)


You've Got to Hide Your Love Away
(Tienes que esconder tu amor)


¡Y eso es todo!, ¿seguimos con la siguiente reseña?

Night School


Sinopsis:

El mundo de Allie se viene abajo: odia su escuela, su hermano ha desaparecido y ella ha sido arrestada. Otra vez. 

No puede creer que sus padres hayan decidido enviarla a un internado. Aunque Cimmeria no es una escuela normal: no permiten ordenadores ni teléfonos móviles, y sus alumnos son superdotados, o de familias muy influyentes. Pero hay algo más: Allie se da cuenta de que Cimmeria esconde un oscuro secreto, un secreto que solo comparten algunos profesores y los alumnos de las misteriosas clases nocturnas de la Night School. 

A pesar de todo, Allie parece feliz. Ha hecho nuevos amigos y uno de los chicos más atractivos de la escuela le dedica toda su atención. Y, claro, también está su relación con Carter, ese chico solitario con el que siente una inmediata conexión. 

Todo parece ir bien hasta el momento en que Cimmeria se convierte en un lugar terriblemente peligroso donde nadie parece a salvo. Allie tendrá que elegir en quién confiar mientras descubre los secretos de la escuela.

Fuente: Lecturalia

Comentario personal:

Me atrajo mucho este libro, desde que vi su portada - lo siento, tengo debilidad por las portadas con chicas pelirrojas, yo desearía haber nacido de esa manera - y la verdad, es que el día de ayer, viendo las opciones en el escritorio, me decanté por este. 

Realmente te enganchas muy rápido, yo había leído... ¿qué?, ¿tres capítulos? y ya ni siquiera quería ir a donde tenía que ir martes en la noche, pero, bueno, prácticamente me eché a mí misma a la calle, ^_^. 

Empecemos:

La trama: Al principio, te sientes igual que ella, como la chica nueva y todo eso, pero, claro, la autora nos va dejando gotas de pistas - ¡que mal se oye, pero no se me ha ocurrido nada mas! - que nos dejan así como atrapadas - como siguiendo el camino de Hansel y Gretel -, con sueños extraños y cosas así. Si bien la trama es al principio como "Esto ya lo había leído antes", después se vuelve algo como: "¡QUÉ!" y te lo gritas a cada rato - creo que a estas alturas mis vecinos creerán que estoy loca, me he pasado toda la tarde gritando esa palabrita, pero bueno... -, debo decirles que tal como dice la trama y la sinopsis, todo es un misterio que te vuelve loca y realmente nadie es quién dice ser, nadie y te llevas sorpresas cada dos por tres - y empiezas a ponerte paranoica y a desconfiar de todos -. Es un ejemplar excelente de misterio, ¿saben?

El romance: Como suele suceder en este tipo de libros, hay dos chavales disputándose el corazón de la joven doncella. Sylvain - quién es el que tiene la mejor impresión, al principio - ciertamente es un conquistador lanzado, de esos irresistibles, románticos, don perfecto, etc, pero, no lo sé, después de mi experiencia con "El bosque de los corazones dormidos", ese don perfecto me pareció... bueno, solo es mi impresión. Y no lo diré, no quiero spoilearles el libro. 

Carter, en cambio, es otra cosa, es un tanto arisco y anda por ahí, con un aire enfurruñado, que - gracias a mi experiencia con otros libros - sé que hay algo más en el fondo de ese frasco. 

Lo que sí me ha gustado es que, hay varios poemas en el libro, que se enlazan perfectamente con los personajes y que llevan como mensajes ocultos - de hecho, uno de ellos, se ha convertido en uno de mis preferidos y el otro, digamos que le tengo simpatía -, presten atención cuando vean un poema y la escena que se desarrolla por él y ya verán de que hablo.

Los personajes: Como dije en un principio, al principio, todos ellos son tópicos: don perfecto, doña alegre, doña celos, bla, bla, bla, pero, después, como que poco a poco, ya no son tan tópicos y te das sorpresas con las que te agarras del asiento o te caes de la silla - ¡sí, de ese tamaño! 

En general y a modo de conclusión, me arrepiento horrible de haberlo leído por estas fechas el libro - porque falta como un siglo para su segunda parte y me muero de impaciencia -, así que, amigos lectores, mi calificación para este libro es de: 

Puntuación:

5/5

Y a continuación, me voy a escoger otro libro, que tras meses de asimilar Pandemonium, siento que tengo hambre de literatura...

¡Saludos, gente bella!



domingo, mayo 20, 2012

Capítulo 8: Siempre será.

Pink Heart clipped
Puedo notar que sus ojos están cansados, pero no pierden ese brillo que los caracteriza. Seguramente ha estado igual que yo, agobiado por la situación, posiblemente y por como lo conozco eso le ha provocado insomnio. ¿Qué hago? Cori esta ahí parado, sin hacer nada, mirándome fijamente sin decir ni una tan sola palabra ¿Qué estará pensando?
Puedo notar como sus labios están temblando, seguramente de frío. Mis manos tiemblan pero no por la temperatura del amanecer si no más bien de nerviosismo…seguramente de miedo. ¿Pero de qué?
—Co…Cori—le digo, titubeando—¿Qué haces aquí?
La pregunta fue de lo más estúpida y me maldigo a mi mismo por haberla hecho. Está de más preguntarle, sé a lo que ha venido, ambos sabemos por qué esta aquí. Él me sonríe pero no me dice nada. Aquella estúpida sonrisa que me hace saber que algo en él no esta bien, que siente algo que le carcome por dentro. Duele.
Me acerco hasta él y puedo notar sus pómulos rosados, su nariz roja y como tiembla su cuerpo. Él me mira fijamente a los ojos por unos segundos y luego desvía la mirada, aquella mirada que se ve tan dolorosa, tan decaída. Duele aún más. Su cuerpo sigue temblando, me pregunto si…
—¿Desde qué horas estas acá?
Cori guarda silencio por unos segundos más, aún con la mirada perdida en la nada, sin mirarme fijamente fingiendo hacerse el fuerte, cuando posiblemente sea yo quien esta haciendo un esfuerzo sobre humano por no desmoronarme.
—Desde la una de la madrugada—musita con voz temblorosa.
—¿¡Qué!? ¿¡Has dicho desde la una de la madrugada!?¿¡A caso estás loco!?—le digo exaltado, alzando mis manos en el aire enfadado. Enfadado no porque él hubiese venido si no enfadado por la estupidez que ha hecho. ¡Pudo haber muerto de hipotermia!—¿¡Por qué demonios no tocaste el timbre!? Hubieras podido entrar, sabes en donde esta la llave de repuesto ¡maldición! ¿¡A caso has pensado en lo que te pudo haber pasado!?
Cori guarda silencio, cabizbajo y con la mirada pegada en el suelo. Titubea un poco antes de hablar hasta que finalmente salen palabras de sus labios…—Lo…siento. Es solo que quería verte—…palabras que se sienten no se si bien o mal. Siento ganas de llorar, no se si de rabia o felicidad, cólera o alivio…simplemente no lo sé.
—¡Demonios Cori!—le espeto furioso—Debiste haber pensado en lo que te pudo haber pasado. ¡Pudiste haber muerto congelado!
—Ódiame—musita en seco.
—¿Perdón?
—Por favor ódiame—espeta esta vez con una voz mas fría que el hielo—simplemente detéstame hasta que te aburras.
—¿Pero qué estas diciendo?
—Por favor, Sasha—murmura. Puedo escuchar sollozos; Cori esta llorando—quiero regresar el tiempo y dejar todo como estaba antes.
—Pero nada ha cambiado Cori—le digo tratando de calmarlo aunque sé que está tan sofocado por el asunto como yo—¿Qué debería de ser igual?
Cori guarda silencio por unos segundos, pensativo y sin dirigirme la mirada. —¡Todo!—grita entre sus lágrimas—¡Todo debería de ser igual! ¡Nada Tenia que haber cambiado!
Puedo notar que la voz de Cori suena desesperada, angustiada y cansada. Posiblemente él también esté tan confundido como yo pero realmente no sé que hacer en estos casos. ¿Qué debería de decir?
—Estas exagerando—le digo tratando de calmarlo tanto a él como calmarme a mi—Nada ha cambiado. ¿A caso he cambiado mi actitud contigo? ¡No lo creo!—le reprocho—Yo no…
Me detengo en seco entre tanta palabrería y un recuerdo aparece instantáneamente en mi cabeza. ¡Maldición! Y nuevamente ¡maldición! Los mensajes de texto, las llamadas, los correos electrónicos…todo, todo lo he estado ignorando por temor a enfrentar la realidad, por temor de saber qué es lo que sucede con Cori, qué es lo que sucede conmigo…qué es lo que sucederá con ambos. Seguramente es a esto a lo que Cori se refería. No era esta mi verdadera intención, jamás quise que creyera que estaba molesto o que incluso lo abandonaría. ¡Soy un fiasco! ¡Maldición!
—Lo siento Cori, yo no quise…no era mi intención.
—¿Sabes qué?—me dice con gesto serio—Si tu no quieres odiarme entonces seré yo quien te odie.— El levanta su mirada y puedo notar como aquellos ojos enrojecidos y empadados tratan de oponerse a cada una de sus palabras—Vamos Sasha—musita con voz quebradiza—dime que me odias, que soy un imbécil, que ya no me quieres cerca…que ya no deseas ser mi amigo.
Cori comienza a secarse las lágrimas con las mangas de su suéter, pero es inútil pues estas siguen brotando por montones. Siento que estoy a punto de desmoronarme, siento que voy a colapsar en cualquier instante y le diré lo que él quiere escuchar, pero si se lo digo entonces le estaría mintiendo. No lo odio, no lo detesto, no lo repudio y no pienso nunca hacerlo, soy mas bien yo quien se odia a si mismo por causar este problema, si tan solo hubiese visto los mensajes de texto o contestado aunque sea una llamada entonces todo esto no hubiera sido necesario.
—No…puedo hacerlo—musito cabizbajo—no puedo pretender odiarte cuando realmente es todo lo contrario. No estoy enfadado Cori, es solo que no es tan sencillo. Por favor déjame aclarar las cosas por mi cuenta. Permíteme saber exactamente lo que sucede, saber que puedo hacer en estos casos y entonces hablaremos. Por favor no me odies antes de cualquier cosa, no me odies por no decirte la estupidez que quieres escuchar…simplemente espera y luego sabrás tú y sabré yo si realmente debo de decirte que te odio. Solo dime ¿Por qué quieres escuchar esas palabras que tanto hieren?
Cori guarda silencio por unos segundos, baja su cabeza y se queda pensativo unos momentos, luego voltea y me mira con unos ojos vacíos de felicidad—Porque tengo miedo Sasha, miedo de que todo se salga de control y pierda lo más valioso en mi vida, todo por cruzar un límite que yo mismo construí, un maldito limite que siempre debió ser eso, un limite, algo que no debería de haber cruzado.
Cori desvía su mirada, da media vuelta, camina unos cuantos pasos delante de mi y se detiene un segundo-—Yo…lo siento—musita casi en un sollozo, y sin mirar atrás, se va, sin despedirse, sin darme mas explicaciones, sin detenerse a pensar que él no es el único que sufre por todo este caos ligado a un sentimiento que parece estar tratando de imponerse sobre cualquier otro, y no estoy seguro, pero posiblemente lo esté logrando.
¿Qué voy a hacer? ¿Debería de detenerlo? No puedo ¿Qué le diría si lo hago? Otra vez esa sensación oprimiendo mi pecho. Quiero llorar, quiero desaparecer; posiblemente quiero morir.
Entro a mi casa y me encuentro nuevamente con el mismo vacío de siempre, aquella soledad embriagante que ahora me parece tan suicida. El sonido de la puerta cerrándose tras de mi me recuerda fugazmente que debo prepararme para ir al instituto. No tengo motivación de hacerlo, mis ánimos están por los suelos y la idea de esforzarme en algo mas que no sea resolver este problema simplemente mata todo deseo de tan siquiera moverme, pero instantáneamente la idea de quedarme en casa se ve aplastada por el señor Donovan haciendo rodar mi cabeza por el piso y luego haciéndola en caldo con verduras. En fin, creo que exagero, pero no quiero comprobar lo que realmente puede pasar si no llego al instituto.
Subo a mi habitación, preparo mis cosas, me meto a la ducha y todo en cuestión de minutos me permite estar preparado gracias a un esfuerzo de voluntad de proporciones épicas. No tengo deseos de pedalear en mi bicicleta hasta el instituto así que hoy me llevaré el auto de papá. En fin, nadie lo está utilizando y así me ahorro fuerzas que me harán falta para sobrevivir a este día.
Saco el auto de la cochera, me aseguro de llevar mi licencia de conducir, me pongo el cinturón y emprendo marcha hacia el instituto. Es realmente distinto viajar en auto que en bicicleta, el paisaje pasa más rápido y me da poco tiempo para disfrutar de las pequeñas cosas hermosas a mí alrededor. El sonido de los pájaros es silenciado por el del motor del auto, el viento en mi rostro desaparece, detenido por el parabrisas e impidiendo que esa sensación de mi cabello ondeando en el aire aparezca. Ahora recuerdo por qué es que no viajo tan a menudo de esta manera.
Más adelante me encuentro en el lugar de siempre a Karla, esperando por mí pacientemente en su bicicleta verde pálido, con su mochila roja que hace siempre juego con su personalidad. Me detengo junto a ella y bajo la ventana mientras ella me mira con cara de “Esta sucediendo algo así que no trates de ocultármelo”. Abro el baúl de la parte trasera del auto, Karla se apresura a guardar su bicicleta y la mochila dentro, baja la compuerta del baúl y se dispone a subir, sentándose adelante junto a mí y aguarda en silencio.
—¿Qué está sucediendo?—me pregunta finalmente sin mirarme.
—No te preocupes—le digo fingiendo una sonrisa—no es nada.
Karla levanta su mirada y me observa meticulosamente, inspeccionando mi rostro hasta el ultimo detalle—Tus ojos, están rojos—me dice con tono de preocupación—¿A caso has estado llorando?
—No te preocupes—musito, volteando mi rostro hacia el otro costado—Seguramente me dará gripe. Si, eso ha de ser, por eso están rojos.
—No mientas—me interrumpe en seco—te conozco Sasha ¿Qué está sucediendo?
—Nada, he dicho que no te preocupes.
Karla simplemente me observa en silencio, insatisfecha con mi respuesta pero decide no preguntarme más. Presiono suavemente el acelerador y el auto comienza a moverse.
Conduzco por unos cuantos minutos más hasta llegar al lugar en donde suele esperarnos Cori pero esta vez él no se encuentra ahí. El lugar está totalmente solo sin ninguna señal de vida. No me explico como no me he encontrado con él en el camino, pues es un tramo muy largo a pie desde mi casa hasta la suya. ¿En donde se habrá metido? Me detengo unos momentos en la orilla de la calle mientras Karla saca su celular en busca del número de Cori hasta que lo encuentra, presiona el botón de marcado y lo pone en altavoz, pero tontamente la operadora contesta, Karla corta de inmediato y esta vez marca a su casa.
—¿Hola?—la voz de una mujer contesta en el otro extremo, la madre de Cori.
—Hola señora Woller ¿Se encuentra Cori?
—¡Oh! ¡Hola Karla!—saluda ella con entusiasmo—Él está en su habitación.
—¿Puedo hablar con él?
La señora Woller hace una pequeña pausa y aguarda en silencio. Finalmente su voz resuena por el teléfono.
—Lo siento Karla, he ido a su habitación y se encuentra descansando. Parece que tiene fiebre.
—¿Se encuentra bien?
—Creo que es solo un resfriado. Posiblemente hoy no asista al instituto.
—Ya veo—comenta Karla con voz apagada—espero se mejore pronto. Dígale que iremos a visitarlo tan pronto salgamos del instituto.
—Claro, yo se lo haré saber. Gracias por preocuparse.
—No hay de qué señora Woller, hasta luego.
Karla presiona el botón de colgar y finaliza la llamada. Mi preocupación por Cori aumenta un poco más, estuvo ahí afuera toda la madrugada en este frío tan gélido—bueno, por las mañanas es gélido pero por las tardes el clima es un infierno—solo con su suéter con capucha y sus guantes. ¡Demonios! Ahora se enfermó por mi culpa. ¿Qué más podría suceder?
—Bien, es mejor que nos vayamos—me dice Karla interrumpiendo mis pensamientos—tenemos que terminar los preparativos del festival y el señor Donovan nos matará si nos retrasamos. Luego pasaremos por casa de Cori para ver como ha seguido.
—Claro—le contesto con simplicidad.
Cori; pasar por la casa de Cori visitándolo. ¿Es realmente una buena idea en estos momentos? Me preocupa su salud pero, por como están las cosas no creo que sea razonable verlo por ahora, tengo miedo de que Cori cumpla lo que me dijo y me odie por no detestarlo. Tengo simplemente miedo.
Muevo el cambio de velocidad y presiono el acelerador sin decir ni una sola palabra. Karla simplemente me mira extrañada por mi actitud y estoy seguro que ella sabe que algo grave sucede y más seguro estoy que habrá un momento en el que no lo soportaré y me desmoronaré frente a ella.
Conduzco en un silencio inmutable hasta llegar al instituto. Nuestros compañeros nos miran con cara de asombro por el hecho de llegar en un auto de estos y más aún por llegar juntos. No era extraño que llegáramos Karla, Cori y yo juntos en bicicleta pero parece extraño que solo lleguemos Karla y yo solos en el auto y más aún si soy yo quien carga el bolso de ella por haberlo sacado del baúl del auto y llevarlo por simple gusto. En fin, pensarán que estamos saliendo o algo, y no es la primera vez que sucede, ya más antes nos lo han dicho pero simplemente lo ignoramos y les dejamos el beneficio de la duda.
Llegamos hasta el salón de clases, dejamos nuestras cosas en los escritorios y nos disponemos a comenzar a trabajar. Hay tantas cosas que hacer, tanto que preparar y tan poco tiempo disponible, al menos yo ya he terminado con mis obligaciones en el club de beisbol, pero aún tengo que ayudar a Khana con su proyecto. Y hablando de ella, acaba de aparecer por la puerta cargada con una enorme caja con más papeles de colores. Corro rápidamente a ayudarle antes de que tropiece y se caiga.
—Gracias—me dice dejando escapar un enorme suspiro de alivio—pensé que ustedes no estarían acá aún, es bastante temprano.
—¿Temprano?—inquiere Karla sacando su móvil y mirando la hora.
Coloco la caja en un escritorio, miro la hora en mi móvil también y logro comprobar que esta bastante temprano. Apenas son las 7:15. Creo que pensar en lo que esta pasando con Cori me hace perder la noción del tiempo.
—Lo que ha sucedido es que hoy venimos en auto—le digo a Khana mientras hurgo entre los papeles de la caja.
—Ya veo pero, ¿Y Cori?—pregunta ella pensativa.
—Pescó un resfriado—le dice Karla mientras se dirige a cerrar la puerta y le pone seguro—pasaremos visitándolo al salir de acá.
—Ya veo—musita Khana cabizbaja—pobre Cori.
—No te preocupes—le digo tratando de animarla. Parece estar bastante preocupada por él—estará bien, un simple resfriado no es nada para él.
—Es cierto—me secunda Karla—no le hará ni tan siquiera cosquillas. Esta en forma y no le dará ningún problema.
—¿Tu crees?—inquiere Khana nuevamente.
—Créeme cuando digo que tiene un buen físico. —comenta nuevamente Karla—Tiene un cuerpo que ¡por Dios! Es bastante…violable, digamos. ¿¡A caso nunca lo has visto sin camisa!?
—¿¡Qué!?—exclama Khana sorprendida.
—¡En serio!—reitera Karla con entusiasmo—Además tiene un enorme…
—¡Karla!—le interrumpo reprochándole—no es necesario que hables de eso. Cori se molestará luego si alguien llega y le pregunta si, bueno tu sabes, si es cierto sobre ese enorme “monstruo”
—¡Ups! Claro, lo siento.
—¿Monstruo?—nos dice Khana dudosa, ladeando su cabeza.
—Si, un gigante peluche afelpado puntiagudo capaz de sacarte un ojo si no tienes cuidado—le digo riendo.
Karla suelta una carcajada y por poco se ahoga entre su propia risa. Khana simplemente nos mira desconcertada sin saber a que nos referimos. Creo que es mejor así. Estoy seguro que si siguen, luego me meteré en problemas y mi “monstruo” será un tema de conversación también.
—Bien—masculla Karla limpiándose las lagrimas—mejor comencemos de una buena vez a preparar este lugar. He asegurado la puerta, así nadie podrá entrar y todo será una sorpresa.
—¡Excelente!—exclama Khana dirigiéndose a la caja que hace poco cargaba y se dispone a sacar papeles de colores, tijeras, pegamento, una cuantas cortinas y botellas de colores—Se me han ocurrido unas cuantas ideas en casa sobre como arreglar el salón y sobre la mecánica del juego así que decidí preparar unas cuantas cosas para avanzar.
Khana comienza a explicarnos con bastante detalle sus ideas mientras nosotros escuchamos atentamente. A Karla parecen gustarle pues asiente bastante emocionada a cada palabra y comenta otras cuantas. Unos minutos después, la explicación ha terminado y por fin nos disponemos a arreglar el salón.
Comenzamos a mover los escritorios, apilando las mesas de tal manera que formamos una enorme pared de muebles frente a nosotros. Una vez realizado el trabajo pesado comenzamos con los detalles, colgando cortinas por aquí y por allá, retazos de colores por el techo y luces titilantes que iluminaran el lugar. Velas aromáticas y cojines rellenos de algodón se riegan por el suelo formando pequeños círculos en donde se sentaran a jugar los participantes. Las cortinas ocres impiden que pase la luz y el salón se torna oscuro, dándole el ambiente al asunto. Alguien toca la puerta y Khana se apresura a abrir, los del club de carpintería nos han traído pequeños canceles de madera que harán de cubículos en donde los participantes podrán tener la privacidad de darle o no el beso a quien le toque. ¡Ahg! ¡Maldición! Acabo de recordar a Cori. Creo que enloqueceré y seré un demente.
Una vez colocado los canceles, preparado el interior de los cubículos con más cojines y en su exterior cubriéndolo con cortinas, todo está terminado. Justo a tiempo para el almuerzo. La campana suena en el corredor y puedo escuchar la estampida de estudiantes dirigiéndose hacia la cafetería. Seguramente todos están tan hambrientos como nosotros y quien no, con lo tanto que se ha hecho y más aun lo que queda por hacer, es necesario reponer energías de alguna manera.
—Finalmente—dice Karla suspirando de cansancio—creí que nunca terminaríamos. Estoy tan cansada que podría desmayarme.
—Yo me desmayaré del hambre—comento, dejándome caer sobre una silla.
—¿Quieren comer ya?—pregunta Khana sacando de la caja una pequeña cesta de mimbre—He preparado algo para que almorcemos.
Khana destapa la cajita de mimbre y el olor delicioso de la comida inunda instantáneamente el lugar, dispersándose en cada rincón gracias al aire acondicionado. Karla y yo miramos al interior de la cesta y nos encontramos con un súper almuerzo que parece tener buena pinta. Creo que estoy a punto de babear. Karla parece emocionada por lo que sus ojos ven.
—Espero y les guste el pollo con salsa teriyaki. Esta mañana lo he preparado un poco apresurada y esto fue lo más sencillo que se me ocurrió. Hice suficiente para cuatro pero tendremos que comerlo entre tres.
—Estoy segura de que Cori eso querría—comenta Karla con sarcasmo sacándonos una que otra risa.
Khana nos pasa un plato descartable a cada uno y nos sirve nuestra porción de comida. Lo digo y lo seguiré diciendo, Khana es una excelente cocinera. Todo está delicioso como era de esperarse de ella. Karla da un grito de emoción por cada bocado de comida en su boca y abraza a Khana diciéndole que se case con ella para que le cocine todos los días. Aun así, Karla no se queda atrás, ella también cocina delicioso. Lastima que Cori no está acá para probar este almuerzo, estoy seguro que le encantaría. El señor Donovan se enfadará cuando se dé cuenta que hoy Cori esta ausente, pero es mejor que él se quede en casa descansando hasta que se sienta mejor. Al diablo con las quejas del señor Donovan.
—Pobre Cori—musita Karla—me hubiera gustado que probara esta comida. Le dará un infarto cuando se dé cuenta de lo que se perdió.
—Espero y se encuentre bien—dice Khana con preocupación.
—Vamos, vamos, te preocupas demasiado—comenta Karla llevándose un bocado de pollo con arroz a la boca—él va a estar bien. Mira, si tanto te preocupa, puedes acompañarnos a su casa.
—¿Es correcto? ¿No se enfadará?—inquiera Khana
—Estoy seguro que se alegrará de verte—le digo sonriendo—llévale un poco de esta comida y verás como se anima.
—¡Bien!—exclama ella sonriente—Entonces los acompañaré. Pero primero tendría que ir a casa por más comida.
—No te preocupes—le dice Karla agarrando un poco más de arroz blanco—lleva suficiente para todos.
Khana sonríe de alivio al ver como devoramos todo el almuerzo sin detenernos. Karla es quien termina comiendo más que todos sin vacilar ningún bocado.
—Aun no comprendo por qué demonios no engordas—le digo riendo.
—¿¡Eh!? Pero si son pocas las veces que como mucho.
—Cuando se trata de repostería y comida deliciosa eres una glotona—le rezongo sacándole una risotada a Khana.
Karla solo hace un puchero y me da un golpe amistoso en el brazo mientras ríe. Unos segundos después las risas se acallan inesperadamente. Cori realmente hace falta aquí.
—Debería de llamarlo—comenta Karla sacando su celular.
Ella marca el número de Cori y esperamos a que conteste. Nada sucede. Karla vuelve a intentarlo una vez más y el timbre de la llamada suena otras cuatro veces hasta que la operadora contesta nuevamente.
—Envíale un mensaje—sugiera Khana—seguramente por el resfriado le cuesta hablar y por eso no contesta.
—No lo creo—advierte Karla—pero no está de más intentarlo.
Escribe un mensaje con impresionante habilidad y rapidez. Unos segundos después su mensaje ha sido enviado. Esperamos pacientes una respuesta durante diez minutos hasta que Karla pierde la paciencia y envía otro. Diez minutos después, y aún sin recibir respuesta.
—Bien, ya comencé a preocuparme—comenta Karla—¿Habrá perdido su celular?
Khana y yo nos miramos extrañados sin ninguna idea al respecto. Karla suspira y se acuesta en el piso dándose por vencida.—Espero esté bien—nos dice.
Saco mi móvil y pienso primero detenidamente en si enviarle un mensaje o no. Podría empeorar las cosas pero me sentiré un poco mejor si le pregunto directamente como se encuentra. Tan solo han pasado seis horas aproximadamente desde la ultima vez que hablamos pero eso no significa que no tengamos nada más que decir, aún tengo mucho que charlar con él…mucho que aclarar.
image
Una vez escrito el mensaje no sé que hacer. Si, si, solo es presionar “enviar” pero no es tan sencillo. ¿Qué tal si Cori se molesta? Pero si no le envío el mensaje entonces nunca sabré si se encuentra o no bien y la idea de llamarlo hace que me tiemblen las manos. Sí, mejor le envío un mensaje de texto. Presiono la pantalla táctil y el mensaje se envía. Estoy un poco nervioso y no creo que él conteste así que me dispongo a guardarme el celular el bolsillo cuando el típico tono de mensajes timbra inesperadamente. Él ha…contestado. Sea lo que sea, me diga lo que me diga y suceda lo que suceda después de este mensaje, Cori siempre será Cori, y Cori al igual que Karla siempre será algo que nadie más podrá ser nunca; mi vida…una vida que amo como nadie jamás podría hacerlo.
CONTINUARÁ…

Ending:









Autor: Luis F. López Silva
Todos los derechos reservados ©


sábado, mayo 19, 2012

Síntomas que revelan una Adicción a los libros... Tener cuidado

Hoy, viendo cosas en FB, me he topado con algo, realizado por María del Carmen del Blog Librosintinta y he decidido promocionarlo, por aquí.

(En cursiva los síntomas que yo presento...) XD


Empecemos...

Adicción a los libros


ATENCIÓN: Estudio elaborado por LST releva los síntomas de un "Adicto a los libros". Lee cuidadosamente, si tú o algún conocido se identifica con más de 10 puntos, entonces...

Síntomas:

1-Faltar al trabajo, escuela o reunión por la lectura de un libro.
2-Ojos rojos y vista cansada.
3-Necesidad de dormir junto a un libro.
4-Constantemente se emiten opiniones con relación a la mala adaptación cinematográfica de una obra literaria.
5-Celular y computadora con imágenes de libros o relacionadas con los mismos.
6-No soltar un libro, por más pesado que esté.
7-Necesidad de expresar disgusto (de cualquier manera), cuando una persona afirma no leer o gustar de hacerlo.
8-No ve películas por leer.
9-Empaca más libros que ropa para un viaje.
10-Manifestación de emociones durante la lectura (llanto, risa, enojo, etc.)
11-Los libros serían los primeros en ser salvados durante un fuego.
12-Durante una nueva distribución de espacios, los libros tienen prioridad.
13-Al momento de ingresar a una casa, lo primero que se busca son los libros.
14-Emoción incontrolable cuando se está cerca de una librería.
15-Cuando se va a comprar algo caro, primero se calcula cuántos libros se podrían adquirir con esa cantidad.
16-Enojo excesivo cuando alguien adelanta el final del libro.
17-Ignorar el entorno con frecuencia, mientras se lee.
18-Se dejan para otro día, citas importantes.
19-Palpitaciones descontroladas cuando se llega a las últimas páginas del libro.
20-Atención dispersa si no se está leyendo.
21-Antes de finalizar un libro, ya se tiene el próximo cerca.
22-Temor a perder, manchar, rayar o prestar un libro.
23-Solicitud de libros en ocasiones especiales (Navidad, cumpleaños, etc.)
24-Espera ansiosa por vacaciones o momentos libres para leer.
25-Necesidad de cercanía con un libro.
26-Incapacidad para evitar oler y tocar un libro cercano.
27-Sentimientos de envidia, curiosidad y ansiedad cuando se ve a otra persona leyendo.
28-Llevarse el libro hasta el baño por no poder interrumpir su lectura.
29-Se adquieren distintas ediciones del mismo libro.
30-Episodios de alucinaciones frecuentes.
31-Múltiples personalidades relacionadas con personajes recién leídos.
32-Personas cercanas hacen observaciones relacionadas con todo el tiempo dedicado a la lectura.
33-Levantarse temprano o dormirse muy tarde para leer.
34-Sentir más emoción por un libro nuevo que una fiesta o graduación.
35-Más de 2 horas en una librería.
36-Llanto prolongado por la muerte de un personaje literario.
36-Creación del hombre/mujer perfecta con personajes ficticios.
37-Sensación de vivir en otro mundo y no pertenecer a éste.
38-Sentimiento de impotencia cuando "Ese" libro que gusta tanto, es adaptado en el cine.
39-Se busca conseguir dinero de cualquier manera posible para adquirir un libro.
40-Ausencia de ruidos y movimientos durante la lectura.
41-Molestia intensa cuando una persona mueve los libros de su lugar.
42-Ha intentado leer mientras hace ejercicio.
43-Lamenta constantemente la pérdida de "La biblioteca de Alejandría".
44-Gusta más de los personajes literarios que las personas reales.
45-Conocimiento preciso de la ubicación de cada libro.
46-Estima la edad de un libro por el color de sus páginas y olor.
47-Lectura repetitiva del mismo libro.
48-Incapacidad para salir de una librería antes de las 3 horas.
49-Molestia al observar anotaciones en libros.
50-Sentimiento de estar en casa cuando se ingresa a una librería.
51-Imposibilidad de regalar o tirar un libro a pesar de no haber gustado tanto.
52-Ya no se tiene vida social por leer.
53-Se viaja con dos o tres libros por si se termina uno.
54-Conoce los títulos de todos los libros leídos y los que están por salir al mercado.
55-Busca lugares especiales para leer.
56-Capacidad para leer varios libros del mismo género o diferente.
57-Falta de preocupación por comer, dormir o respirar. Sólo leer.
58-Sensación de reconocer o recordar una escena, persona o cosa de un libro.
59-Indiferencia hacia la televisión.
60-El cierre de una librería representa una tragedia.
61-Puede recordar el último día que no leyó.
62-Piden "un minuto para terminar la página" cuando les solicitan su atención.
63-No basta con pedir prestado el libro, se tiene que comprar.
64-Selecciona soundtracks para acompañar sus lecturas.
65-Sensación de tener una conexión especial con esa otra persona que está leyendo el mismo libro.
66-Ira contenida cuando una persona pierde el libro prestado.
67-Sigue en redes sociales a todos los autores posibles.
68-Se rehúsa a dejar un libro sin leer, aún si no gustó.
69-Sueños constantes que involucran historias, personajes o lugares de libros.
70-Sabe qué recomendar a cada personal.
71-Considera que los E-readers eliminan parte de la experiencia de leer.
72-No puede salir de una librería con las manos vacías.
73-Incapacidad para dormir si no se ha leído por lo menos una página.
74-Necesidad de encontrar a otra persona con gustos literarios similares.
75-Se mantiene constantemente informado sobre nuevos lanzamientos literarios.
76-Busca a su pareja de acuerdo a las características de algún personaje de libros.
77-Sus marcadores de favoritos están repletos de páginas sobre literatura.
78-Tiene su computadora llena de libros pendientes y los estantes también.
79-Hace todo lo posible por ver el título del libro que el vecino está leyendo.
80-Decepción ante el retraso de un libro próximo a publicarse.
81-Buscas ver el rostro de las personas mientras leen intentando adivinar qué escena podría ser.
83-Uso de vocabulario o expresiones poco comunes en el lenguaje cotidiano.
84-En el caso de las mujeres, se compran bolsas con espacio suficiente para un libro de bolsillo.
86-Se está riendo en este momento porque antes de empezar a leer, ya sabía que era un adicto a los libros.
87-No se quiere curar.

En caso de que saliera positivo...¡Felicidades! ¡Es uno de nosotros! :D

Saludos queridos amigos lectores

María del Carmen :)

PD: El estudio también reveló que todavía no hay cura.



Comentario personal: 

En mi caso, mi resultado es 56/86, que es un 65%, ¡genial!, obvio, yo ya sabía (punto número 86) que era una adicta a leer, lo sé desde, hace más de 10 años, y me enorgullezco de ello, y ahora, ¿ustedes?, ¿cuántos síntomas presentaron, lectores?

Me gustará leer su sintomatología....

¡Saludos!



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