Un cajón de sastre al azar

Un cajón de sastre al azar
Imagen de Anita Smith en Pixabay
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domingo, junio 17, 2012

Capítulo 12: Terceros

 
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Luego de llevar las cajas al salón de clases las chicas se dispusieron a colocar las últimas cosas en su lugar. Para sorpresa de Khana y mía lo que contenían las cajas eran pequeñas bolsas transparentes de regalo, con adornos y listones que en su interior llevaban chocolates. Karla seguramente se pasó toda la noche haciéndolas; si tan solo me lo hubiese dicho yo le hubiese ayudado…aunque con el problema de Cori seguramente le hubiese causado más atrasos. Pero pensándolo bien, me pregunto cómo hubiesen sido las cosas si todo el asunto de Cori y yo lo hubiésemos discutido en la casa de Karla. Seguramente las cosas hubiesen sido distintas, posiblemente nada de esto hubiese sucedido, posiblemente…jamás me hubiese dado cuenta que amaba a Cori.
—¿Por qué no me dijeron que harían esto?—inquiere Khana—hubiese ayudado.
—¡Bah! No te preocupes—dice Karla sacando las bolsas con chocolate de una en una—Además, Cori ya me había ayudado desde antes con esto.
—¿A sí?—pregunto un poco dudoso—¿desde cuando?
—Desde el día en el que jugamos a la botella. Cori llegó a mi casa a traer unas cosas así que aprovechando que se la pasa holgazaneando le dije que me ayudara.
—Si, claro, ayuda—refunfuña Cori—eres una esclavista.
—Lo sé, corazón, lo sé.
Logran sacarnos unas carcajadas a todos con sus peleas tan graciosas que me hacen pensar seriamente sobre si ellos pasaron peleando mientras hacían estas curiosas bolsitas con chocolates o si se la pasaron contando chistes. Aunque viniendo de ellos, el que se peleen es prácticamente imposible. Son Cori y Karla de quienes estoy hablando, amigos inseparables, un mundo conectado con otro…mi mundo conectado con el de ellos.
—Bien, ahora, podrían explicarme que se supone que haremos con estos chocolates—pregunto hurgando en la caja en busca de mas bolsitas.
—¡Ah, si! Pues mira, se me ocurrió que podíamos regalarle una a cada persona que participara en el juego—explica Karla tomando un chocolate de una bolsita que Cori de glotón ha abierto para comérselos. Nos da un chocolate a Khana y a mí—Así al menos si se llevan la desagradable sorpresa de un rechazo tendrán chocolates con qué endrogarse.
—¡Eres perversamente inteligente!—Exclama Khana—¡Me encanta la idea! Pero espera, ¿Serán suficientes bolsitas?
—Créeme—comenta Cori—preparé tantas de ellas que aún sobraran para el día de San Valentín.
—¿Cómo hicieron para comprar tantos chocolates?—pregunto tomando otro chocolate de las manos de Cori.
—Presupuesto escolar para esta actividad, Sasha querido—interviene Karla—Para arreglar este lugar lo único que compramos fue el papel, lo demás nos lo prestaron en la sala de utilería. Teníamos suficiente dinero aún como para comprarnos un camión de fresas con crema batida y nos sobraría cambio para ir por chocolates.
—¡Carajo! ¿Qué tanto dinero pidieron para esto?—inquiere Cori sorprendido.
—Si el director es tu vecino y está engañando a su esposa, el chantaje puede lograr bastante—dice Khana con bastante serenidad—Además, esta actividad está unida también al club de literatura y ¡sorpresa! Solo somos nosotros cuatro, así que une el presupuesto asignado al salón con el asignado al del club de literatura y ¡Bualah!
Khana como siempre logra animarnos con sus ocurrencias hasta hacernos lagrimar de tanto reír. Y sí, creo que olvidé mencionarlo, pero Karla, Cori, Khana y Yo somos los miembros del club de lectura de la escuela. Somos los únicos seguramente en todo el instituto que tocan los libros para entretenerse y créanlo o no, es Cori quien mas los devora como si de comida se tratase. Es increíble como esa parte de él pocos la conocen. Si entrasen a su habitación seguramente se quedarían con la boca abierta al ver tal cantidad de libros en cada centímetro del piso, pared y armario. En cambio Karla, ella a pesar de que le gusta leer, su pasión son las fotografías, cada momento, cada segmento de nuestra vida juntos, cada segundo de su vida, cada momento feliz están plasmados en una imagen fija capturada por las hábiles manos de Karla con la lente fotográfica. Su habitación es un mural con un hermoso collage de recuerdos que pretenden perdurar para siempre y que esperamos que algún día nos sirvan como punto de referencia para revivir los momentos que alguna vez nos hicieron darnos cuenta que nuestra adolescencia, juntos, Karla, Cori y Yo, ha sido y será para siempre una de las mejores etapas de nuestra vida, que ha transcurrido como una película con los mejores efectos, la mejor historia y los mejores actores que nadie jamás podrá remplazar.
Dejamos los chocolates guardados en un rincón, preparamos las botellas a utilizar y las pañoletas con las que se cubrirán los ojos los participantes. Hay cientos y cientos de ellas, de muchos colores y estampados, que me hacen recordar vagamente al techo de grullas de Darien. Una vez listo todo lo necesario para este día, nos retiramos a nuestras actividades.
Antes de comenzar los juegos, el director del instituto nos da unas palabras conmemorativas sobre los juegos, una breve historia del instituto y su crecimiento, también da la bienvenida a los estudiantes que nos visitan desde otras escuelas e institutos y a las personas de la localidad. Siempre los eventos de este tipo atraen a muchas personas de gran parte de la ciudad, pues solo se dan una vez al año y también porque suelen ser entretenidos.
Luego del discurso, se da luz verde para que comiencen los juegos. El equipo de Soccer jugará primero, así que nos quedaremos a ver a Cori jugar. Es impresionante la cantidad de gente acá, en especial de chicas de los diferentes años y secciones del instituto. ¡Carajo! Son lindas. Concentración Sasha, concentración, amas a Cori, resiste tus impulsos. Esto será un poco difícil.
Un segundo. Ahora comprendo por qué están todas acá. El equipo de Cori sale de un extremo de la cancha y todas las personas se emocionan y comienzan a hacerles porras a sus respectivos equipos. ¡Ahí está Cori! ¡Diablos! Todas las chicas han gritado al mismo tiempo cuando él ha salido a la cancha. ¡Van a reventarme los oídos! Eso lo explica todo; están aquí para ver jugar a Cori. No es nada nuevo que el chico sea tan popular entre todas las del instituto, pero jamás pensé que tuviera tantas fans. ¡Es como una estrella de cine!
Como somos organizadores de algunos de los eventos, tenemos acceso a muchos lugares, así que logramos tener un buen puesto cerca del área de juego. El olor del pasto a tempranas horas me recuerda a la gran llanura en mi casa cuando recién ha llovido; fría, calmada y sobre todo, verde.
El partido transcurre bastante animado y reñido entre el equipo del salón B y los de nuestro salón. Como ha sido los años anteriores, no han faltado las chicas que siempre hacen carteles con el nombre de Cori y vienen a apoyarlo. Yo como demente gritándole y refunfuñándole que hagan una cosa u otra para que anoten un gol y Karla maldiciendo a todo pulmón por cada gol que le anotan a nuestro salón. Khana ha estado bastante calmada en el transcurso de la mañana y lo digo porque en eventos como este es ella quien grita mas fuerte que nadie, animando a los chicos. Aun hay algo, ese algo relacionado con lo de esta mañana que seguramente la ha puesto así. Espero no sea nada grave.
El partido finaliza y quedan empatados 2 a 2. Fue bastante reñido la verdad pero hicieron su mejor esfuerzo ambos equipos. Las fans de Cori salen corriendo hacia donde él a celebrarle la ultima anotación que hizo, abrazándolo y…esperen un segundo… ¿lo están manoseando? ¡Lo están manoseando! Bien, me burlaré de él luego. Cori se logra escapar de la maraña de fanáticas locas y se acerca a nosotros a saludarnos.
—¿Y bien?—pregunta—¿Qué tal estuvo?
—¡Son unos flojos!—le reclamo—perdieron tantas oportunidades para anotar varios goles.
—¡Sasha tiene razón!—secunda Karla—Además, no puedo creer que dejaran que les metieran esos dos goles.
—Gracias por su apoyo—dice Cori con tono irónico, haciéndonos reír —además fue culpa de los defensas—reclama—deberían de regañarlos a ellos no a mi.
—Ya que más da—le digo dándole unas palmadas en la espalda—Jugaron bastante bien. Estuviste excelente.
Los juegos continúan animados toda la mañana. Mis padres, los padres de Karla, los de Cori y los de Khana asisten al festival para vernos jugar. Es curioso que los padres de Cori lleguen juntos, espero y todo esté mejorando en su casa y hayan detenido lo del divorcio o al menos reconsiderado las cosas.
Después del partido de Soccer van los de Beisbol. Me siento un poco nervioso la verdad por jugar ante tantas personas, a parte de ello, mis padres están acá observándome, los padres de los chicos y el tonto de Cori. ¡Como me altera que me esté mirando! No comprendo por qué antes no me había puesto tan nervioso mientras Cori me había visto jugar y ahora salé que me entorpece la mente a cada segundo. Espero y no perdamos por mi nublada conciencia. ¡Ja! Una enorme nube llamada Cori…curioso.
El juego comienza y tal y como era de esperarse en menos de diez minutos ya hemos dado los tres “outs” al equipo contrario y nos toca batear. Gracias al cielo que hemos entrenado bastante con anticipación. El señor Donovan nos amenazó con horas de limpieza si llegábamos a perder. Creo que ha sido porque él tiene un poco de rivalidad con el señor Gael, siempre los veo peleando por una cosa u otra. «Mi salón hace aquí, y tiene esto y saben mas de aquello. Los tuyos son flojos y no les enseñas nada y bla, bla bla.» Son realmente graciosas sus peleas sin violencia física. Aunque me pregunto como sería verlos dándose patadas y manotazos.
Bien, esto es nuevo. Hay un grupo de chicas de otros salones, allá, cerca de donde están los chicos y nuestros padres, gritando igual que ellos mi nombre. ¡Están gritando mi nombre! Me están…apoyando. ¡Una de ellas también tiene un cartel con mi nombre! ¡Cielos! ¡Tengo un club de fans!.¡Nah! Seguramente están así porque…
—¡Sasha! ¡Sasha! ¡Amamos a Sasha!
¡Maldición! Han provocado que me sonroje y me desconcentre. ¡Ja! Cori se ve molesto. Puedo notar como está refunfuñando algunas cosas por lo bajo. Celos seguramente.
En fin, el juego de beisbol llega a su fin luego de ganarle al otro salón por catorce carreras a lo cual una oleada de alivio nos invade pues no nos tocara limpiar la escuela por una semana. Las amenazas del señor Donovan surten sus efectos. Debería estrangularlo.
Me voy a cambiar de ropa y me dirijo hacia donde están los demás. Mi madre ha estado gritando junto con Karla a todo pulmón por cada vez que me tocaba batear. Fue un poco vergonzoso pero a la vez me reconfortó saber que por una vez en la vida ellos estaban presentes en algo que me correspondía hacer y era importante para mí.
Ahora toca el partido de Voleibol donde jugarán Karla y Khana. Siempre sus juegos son más entretenidos que los demás, las mujeres pueden llegar ser rudas y a dar miedo cuando se lo proponen. Además de eso, el uniforme les queda perfecto, al menos para la mente un poco interesante de nosotros los hombres. Cuestiones de verles el trasero y los senos…muchos entenderán a que me refiero. A parte de ello, Karla y Khana se miran, como decirlo, ¿lindas? ¡No! mas que eso, perfectas, ¡si! Perfectas con ese uniforme. ¿Qué? Ellas tienen el cuerpo que todo chico desearía explorar. Mejor no sigo mirándolas o tendré una… ¡Mierda! ¡Erección sin previo aviso! A veces es tan difícil ser un hombre. Mejor tomo asiento para que no se me note.
Lo único bueno de todo esto es que yo y mi erección no estamos solos, tal parece que Cori también está en las mismas, ¡ja! Apoyo masculino, nunca falta.
—A veces pienso que mi pene tiene mente propia—me dice Cori riendo mientras se sienta a mi lado.
Logra sacarme una carcajada y toma asiento junto a mí. Lo observo detenidamente mientras el mira el partido con bastante atención. Su mirada, verde y viva como siempre, me hace preguntarme como ha sido la manera en la que él me ha visto durante todo este tiempo atrás. Enamorarse. Enamorarse de su mejor amigo. ¿Cómo lo soportó? ¿Cómo logró mantenerse firme hasta hace unos días sin cruzar un limite que iba mas allá de un simple si o no como respuesta a sus sentimientos? ¿Cómo pudo fingir que lo que yo hacia o decía no tenían ningún efecto sobre él? Cori es fuerte…Cori es Cori.
—Sasha—me murmura con la mirada fija en el partido.
—¿Qué pasa?—le pregunto con bastante serenidad.
Karla da un buen servicio que Khana intercepta y tira con fuerza hacia el otro lado de la red. ¡Anotan otro punto! ¡Bien!—¡Vamos chicas! ¡Ustedes pueden!—les grito apoyándolas. Ellas vuelven a mirarme y me sonríen. Karla hace la seña de victoria con sus dedos y regresa otra vez al juego. Khana aún sigue un poco distraída. En cuanto a mi madre, la madre de Khana, la de Cori y la de Karla, gritan como dementes apoyándolas. Mi padre, el de Cori, el padre de Khana y el de Karla han preferido ir a comer perros calientes y a hablar seguramente de autos o futbol americano. Qué se yo.
—Sasha—vuelve a murmurarme Cori.
—¿Qué sucede?—le pregunto, mirándolo esta vez a los ojos.
—Me preguntaba si…si puedo…si—Cori comienza a titubear—Si podía yo…
—¿Si podías tú...?
—¿Puedo…tomarte de la mano?
Las palabras de Cori hacen que se me acelere el corazón y que me sonroje en tan solo un segundo. Esta es la primera vez que alguien me pregunta algo como esto. Bueno, no es que él no pueda hacerlo, pero si me lo pregunta con esa Cara de niño que está a punto de llorar porque le han quitado un dulce, entonces decirle alguna estupidez para negarme a hacerlo en público se me dificulta. ¡Demonios! ¡Logra ablandarme demasiado fácil!
—Bi…bien. Si tú quieres—le digo con nerviosismo.
Bajo mi mano y la pongo sobre la banqueta en la que estamos sentados. Está un poco fría. Esto me pone un poco nervioso. Cori se acerca mas a mi hasta que su hombro toca el mio, baja su mano y con bastante delicadeza sus dedos se entrelazan con los míos, de manera firme y delicada, sin vacilar y sin cometer errores, ocultos tras nuestras espaldas para que nadie pueda descubrirnos.
Las manos de Cori están tibias y son suaves. Son un poco mas grandes que las mías pero puedo notar que los espacios entre nuestros dedos encajan perfectamente con los dedos del otro, como si estuviesen hechos para estar tomados de la mano para siempre. Cori ha tomado mi mano y la aprieta dulcemente, como si fuese a escaparme y no dejarme ir. Puedo sentir como está temblando, seguramente él ya se ha dado cuenta que yo también lo estoy haciendo.
Levanto mi mirada y puedo ver a Cori sonriendo. Una sonrisa sin ser exagerada pero tampoco sin estar muy apagada. Una sonrisa perfecta, de aquellas que solo se dibujan en el rostro cuando realmente estás feliz y tratas de atesorar ese momento para siempre. De aquellas sonrisas en las que sientes que estas a punto de llorar de la felicidad pero te haces el fuerte, de aquellas con las que contagias a los demás…como Cori me ha contagiado a mi. Me sonrojo de solo pensar que tomarme de la mano lo hace feliz, pero a la vez me hace feliz saber que puedo hacerlo feliz con tan solo ser yo mismo.
—Sabes una cosa—me dice Cori mirándome a los ojos. Aun está sonriendo—Enamorarme de ti ha sido la mayor estupidez que he podido cometer alguna vez pero también es una de las mejores estupideces que he cometido y de las que no me arrepiento. Por eso, déjame permanecer a tu lado para siempre.
—Eres un…tonto—le refunfuño sonrojado—mira lo que haces.
—¿Y que hago exactamente?—inquiere con curiosidad pero sin dejar de sonreír.
—Haces…que me enamore más de ti.
—Entonces si es así—me dice bajando su rostro que se ha sonrojado también—te tomaré todos los días de la mano y te diré que te amo para que me ames para siempre.
—Continuas atontándome de esa manera y juro que te voy a estrangular—le digo aun rojo como un tomate y mas nervioso que antes.
No se si Cori lo hace de manera inconsciente o qué, pero lo haga como lo haga consigue que me atonte mas y lo peor de todo es que me agrada el hecho de que suceda de esa manera. Él es jodidamente bueno en lo que hace. El simplemente sonríe y agarra con más firmeza mi mano.
El juego de Karla y Khana termina en otro empate más. Cori y yo nos percatamos rápidamente que todos comienzan a salir del campo de juego así que nos separamos rápidamente. ¡Fiu! Nadie nos ha visto.
—¡Carajo!—reclama mi madre—Fue falta pero el árbitro seguramente esta ciego. ¡Fue una tonta falta! ¿¡Quién demonios no ve una falta!?
—Y en el segundo tiempo—continua la señora Bonnet, la madre de Karla. ¿Alguna vez les mencione que Karla tiene sangre francesa? Pues si no lo sabían, ahora lo saben. Curioso.—La pelota picó fuera—exclama con convicción—¡Picó fuera!
—Debería de correr sangre—comenta con tono gracioso la señora Fujiwara, madre de Khana—Esto es una injusticia.
—¡Exacto!—secunda la señora Woller—Deberíamos matar al arbitro.
—Mamá—le reclama Cori.
—¿¡Qué!?—exclama ella—¿A caso ya nadie puede asesinar a un árbitro sin ir a la cárcel?
La señora Woller logra sacarnos a todos una carcajada. La madre de Cori siempre ha sido bastante animada y a diferencia de su padre, ella es un amor.
—Creo que me dio hambre de tanto gritar—advierte la señora Fujiwara— ¿Vamos a almorzar?
—Excelente idea—secunda la señora Bonnet—Hoy comeré sin remordimiento a engordar.
—Vamos jóvenes y hermosas señoras—les dice Cori—¿engordar? Pero si son lindas así como están.
—Sabes Cecilia—le dice mi madre a la madre de Cori—si tu hijo hubiese nacido en mis tiempos me hubiese casado con él. Nos ha dicho jóvenes y hermosas. ¿Lo escucharon?
—De haber nacido en nuestra época—comenta Alicia, la madre de Karla—seguramente hubieses sido popular entre las chicas.
Me tiro una carcajada por su afirmación porque realmente es lo que sucede siempre. Las chicas enloquecen por Cori—Créanme señoras, que así es—les digo riendo—es todo un caso con las chicas.
—No me sorprendería—dice Nozomi, la mamá de Khana—si es todo un galán. Tu hijo no se queda atrás, Victoria.
Bien, eso ha provocado que me sonroje y que Cori se ría. Luego me vengaré con él por esto.
—Creo que deberíamos de casar a estos chicos con Khana o con Karla—comenta la señora Woller—¿No lo creen chicas?
—¡Mamá!—le vuelve a reclamar Cori, sacándonos otra carcajada.
—No es mala idea—secunda mi madre y la señora Fujiwara—¿Tú que piensas Alicia?
—¡Mamá!—le reclamo ahora yo a ella. Vuelven a reírse de mi reacción.
—Señoras, estoy a total favor de su idea—dice ella con emoción—me pregunto si mis nietos tendrán ojos verde o azules.
—¡Mamá!—le reclama Karla que se ha acercado por detrás de la cancha de juego.
—¡Karla, cariño!—exclama la señora Bonnet—¿tú que piensas de esto?
—Yo quiero un nieto también—comenta la señora Fujiwara—pero ¿ojos verdes o azules? …difícil decisión.
—¡Fujiwara Nozomi!—exclama Khana que también ha aparecido. Es interesante que las familias japonesas antepongan primero el apellido y luego su nombre—¡madre mía y esposa de mi padre! ¿¡Cómo que quieres nietos de ojos verdes o azules!?
—Sería lindo, no lo crees corazón—le comenta ella.
—¡Mamá!—le reclama ahora ella.
Bien esto se ha tornado graciosamente incomodo. Puedo notar que Karla, Khana y Cori están sonrojados por estos comentarios tan curiosos y yo no soy la excepción.
—Si continúan queriéndonos casar—comento tratando de distraerlas de sus ideas de matrimonio—se acabarán los almuerzos.
—¡Carajo!—dice la señora Bonnet—Chicas, apresurémonos. ¡Quien coma menos invitará a las demás a pastel!
Y así fue como con alentadoras amenazas de que se acabaría la comida y una inminente competencia de ver quien come menos para invitar a las demás a pastel, ellas se alejaron casi corriendo a comprar sus almuerzos. Es gracioso verlas a todas ellas en este tipo de situaciones, normalmente cualquiera diría que los adultos son aburridos hasta su muerte pero tal parece que estas señoras aun tienen su lado infantil. Un punto bueno para los adultos…o al menos para ellas.
—Un día de estos van a matarme—comenta Karla—Ahora comprendo por qué son un peligro estando todas juntas.
—Nietos—refunfuña Khana—ni siquiera se si tendré hijos y ya quieren nietos.
—Hijos—les digo yo—ni siquiera se si…esperen un segundo. Yo si quiero tener hijos.
—Serás un buen padre—advierte Cori—ahora…quien me ayuda a conseguirle un útero para los hijos de este chico— dice riéndose.
Khana y Karla levantan su mano al mismo tiempo y Cori se tira la risotada al ver su expresión. Ellas simplemente se unen a las carcajadas de él y todos explotamos en risas.
—Bien, es mejor que nos vayamos nosotros también a almorzar—comenta Khana—he preparado un almuerzo para todos. ¡Ah! Esperen, Sasha, podrías acompañarte hasta tu auto, dejé el almuerzo en la cajuela.
—Claro, vamos.
—Mientras, chicos, podrían conseguirse la llave de la azotea para almorzar ahí.
Cori y Karla asienten y se retiran a buscar al conserje. Khana y yo nos vamos a traer el almuerzo.
Mientras caminamos, observo a Khana detenidamente, puedo notar que aún continúa un poco distraída como en la mañana. Me pregunto qué será exactamente lo que la tiene así. ¿Amor? Ella me comentó que se había enamorado de alguien, pero enamorarse no es cuestión de sentirse bien o mal, es cuestión de hacerle caso al corazón y de dejarse llevar por ese sentimiento. ¿Entonces que es lo que ha provocado en ella está reacción?
—Khana—le comento mientras caminábamos en un silenció que mis palabras acaban de romper—te encuentras bien.
Ella no me responde y continúa caminando.
—Khana—vuelvo a mencionar su nombre un poco más fuerte.
—¡Oh! Perdona, ¿Qué sucede?
—¿Pasa algo?
—No te preocupes, estoy bien, es solo que tengo muchas cosas en la cabeza, el festival y todo eso. Lo siento.
—No me mientas, ¿quieres?, dime ¿Qué está sucediendo exactamente?
—Ya hablamos de esto Sasha, no es nada importante.
—Si no lo fuera, no estarías de esta manera. Toda la mañana has estado distraída, callada y con los ánimos decaídos. Por favor Khana, tú no eres así.
Llegamos hasta el auto y abro la cajuela para sacar el almuerzo. Como siempre, el olor de la comida preparada por Khana evoca pensamientos que me hacen imaginarme que tipo de sabroso almuerzo será. Sacamos el almuerzo y nos disponemos a regresar.
—Oye Khana—le comento—posiblemente creas que esto no me incumbe, pero somos amigos y tú eres alguien importante para mí, así que lo que te suceda a ti lo sentiré también yo, pero si no me dices que te sucede, entonces jamás podre ayudarte a cargar con ese peso.
—Lo sé Sasha, tú también eres alguien importante para mi, pero aunque te dijera, no creo que serviría de algo.
—Pues entonces intentémoslo, si no, jamás te darás cuenta si es posible o no repartir esa carga.
Khana suspira y se detiene en seco. Su rostro cabizbajo me hace pensar que posiblemente las cosas sean más graves de lo que parecen.
—Amor, Sasha, todo es cuestión de amor.
—Pero el amor es bueno.
—No puedo negarme a eso—comenta ella—pero el amor no siempre es reciproco y algunas veces causa mas lesiones que curas en el corazón.
—¿Reciprocidad?
—Si amas a alguien, esperas que ese alguien sienta lo mismo ¿no?
—En buena parte…supongo—le digo imaginándome lo que le pudo haber sucedido.
—Pues en mi caso, esa reciprocidad no existía de la manera en la que yo me la imaginaba—me comenta con la voz quebradiza.
—A caso…fue un rechazo.
Khana asiente aun cabizbaja. En un impulso inconsciente la abrazo, sabiendo con certeza que ella necesita de ese abrazo y más que eso para poder superar esto.
—Yo…lo siento—le murmuro al oído.
—¡No!—exclama ella con su rostro hundido en mi pecho—quien lo siente soy yo por haberme puesto de esta manera por una estupidez como esta.
El cuerpo de Khana comienza a temblar y puedo escuchar sus sollozos que en un par de segundos se convierten en un llanto que puedo sentir palpablemente en cada centímetro de mi cuerpo. Lagrimas. Puedo sentí sus lagrimas empapando mi camisa y llegando hasta mi pecho. Están tibias…y me duelen tanto como a ella.
—¿Ahora como podré seguir como si todo jamás hubiese pasado?—me dice entre sus sollozos—Ya no podré verlo de la misma manera, Sasha.
—Te enamoras Khana y eso te hace ver el mundo de maneras que jamás creíste poder ver. Todo cambia, incluso la manera en la que vemos a los demás, pero eso no quiere decir que debamos alejarnos de esas personas a las cuales amamos.
—¿Y entonces que debo hacer, Sasha?
—Mirar hacia adelante y continuar. Enamorarte te da la posibilidad de poder luchar y vivir por alguien, pero a la vez te hace más fuerte para lo venidero.
Khana levanta sus brazos y me rodea, abrazándome fuertemente aun con su rostro escondido entre mi pecho.
—Sabes que es lo mas curioso de todo esto—me dice casi en un susurro—es que jamás me dieron un no por respuesta.
—Entonces que te asegura que ha sido un rechazo.
—Porque él me dijo que ya tenía a alguien a quién amar, y eso es más que suficiente para comprender que Cori ya tiene a alguien por quién luchar y vivir.
Amar a alguien trae beneficios como consecuencias sobre el mundo que te rodea y también implica un “tú” y un “yo” que habitan ese mundo en forma de un “nosotros” que de alguna manera u otra tiene efectos ya sea para bien o para mal sobre las personas a quienes amo. Posiblemente tener el amor de Cori haga sufrir a terceros…y esos terceros también son mi mundo.
Continuará…

Ending:









Autor: Luis F. López Silva
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